La pésima votación que registró el Partido Colorado en las últimas elecciones departamentales del 11 de mayo y la discusión en tiempos anticipados sobre la conformación formal de la Coalición Republicana, dieron lugar a algunas notas y editoriales de EL DIA, desde donde sostenemos que además del trabajo territorial es fundamental ponerse a la vanguardia de una “agenda batllista” para marcar y recuperar una identidad.
Para el trabajo territorial en Montevideo son claves los clubes zonales, los cuales es necesario mantenerlos activos de forma permanente con la presencia habitual de referentes partidarios, fundamentalmente de legisladores y el edil departamental, así como con el acercamiento de militantes y vecinos.
Los clubes deberán cumplir más que nunca un rol de acercamiento entre representantes y representados mediante rendiciones de cuentas frecuentes sobre lo actuado en los diferentes temas de discusión parlamentaria y municipal, pero además en la formación de dirigentes mediante la realización de seminarios y talleres de capacitación.
Esa labor deberá trasladarse gradualmente al interior del país en la medida de lo posible, adecuándolos a la realidad de cada ciudad y zona.
Un paso inicial en tal sentido es la conformación reciente de un club zonal en Pan de Azúcar, el que no se descarta pueda reunir además a militantes de las zonas del entorno de esa ciudad de Maldonado.
Pero además de la actividad territorial, es vital para el Partido Colorado impulsar una “agenda batllista”, así como apoyar en el Parlamento los proyectos que encuadren dentro de esa agenda, sin importar que partido o sector los impulse.
¿Por qué negarse, por ejemplo, a discutir al menos, la rebaja a seis horas de la jornada laboral, cuando gracias a la productividad, en un futuro no muy lejano, las tareas que se realizan en ocho horas se podrán realizar en cuatro?
No se puede desconocer tampoco los impactos en el mercado laboral de las nuevas tecnologías y la inteligencia artificial, para lo cual habrá que reconvertir trabajadores, aunque es de reconocer que no todos podrán ser absorbidos por ese mercado.
No quiere decir ello que deba reducirse la jornada laboral de forma compulsiva para todas las empresas y sectores, pero el Estado sí puede contribuir con incentivos fiscales para las empresas que sí lo pongan en práctica.
La agenda batllista deberá dar un nuevo impulso al rol de las empresas públicas, las cuales, salvo en excepciones, dan ganancias, las que en lugar de vertirse en cantidades nada despreciables a Rentas Generales deberán destinarse a más inversiones, a mejoras del servicio y a la rebaja de tarifas, particularmente para aquellos sectores a quienes las mismas les pesa más en su presupuesto.
Un ejemplo de ello son los anuncios del Banco Hipotecario del Uruguay (BHU), que utilizará sus ganancias -USD 3 millones en lo que va del año- para mejorar el acceso a los créditos y financiar hasta el 95% del valor de las viviendas, frente al 80% actual.
También es clave atender la situación de endeudamiento de 1 millón de uruguayos, para lo cual es pertinente la aprobación de un proyecto que estudiará el Parlamento y hasta quizás, se deba pensar en el instrumento de la bancarrota de personas, de forma similar al existente en Estados Unidos.
En lo que hace a la agenda de derechos, ya nos pronunciamos en ocasiones anteriores en favor de la regulación de la eutanasia en su forma más amplia y no simplemente como una despenalización que la mantiene como delito, así como proclives a ampliar los plazos para la realización de abortos, con una ley que sustituya además a ese tribunal que con tres días previos intenta convencer a la mujer de que evite la interrupción del embarazo.
Podríamos enumerar muchos temas más dentro de esa agenda, particularmente que tengan un impacto directo en la calidad de vida de la gente, especialmente de aquellas personas más vulnerables, pero estos párrafos son sólo un pantallazo de temas que sin prejuicio deben ser afines al Partido, si es que pretendemos que nuestra colectividad recupere su identidad y sea nuevamente opción de gobierno.
