En conferencia de prensa posterior al lamentable accidente aéreo del miércoles en la capital de Estados Unidos de América, el presidente Donald Trump dio a entender que el choque entre el jet de American Airlines y el helicóptero de la Armada estadounidense se debió a las políticas de empleo que amparan la diversidad en la Administración.
El que sigue fue el diálogo entre una periodista presente en el evento y el mandatario norteamericano, luego de su afirmación.
Periodista: Usted está diciendo que este choque fue de alguna manera causado por, y el resultado [de las políticas] de contratación diversa. Y qué evidencia usted ha visto para respaldar esa afirmación.
Presidente Trump: Simplemente podría haber sido.
Es decir, de evidencia, nada.
Trump continuó elaborando su teoría diciendo que en su presidencia existían unos estándares altos para la selección para los funcionarios que controlan los vuelos y que los mismos habían sido eliminados por la Administración Biden, endilgando, de paso cañazo, la responsabilidad de la tragedia a su antecesor.
Otro periodista fue más a fondo y en su pregunta recordó al titular del Poder Ejecutivo que por un lado había nsinuado que las políticas de empleo diverso podrían ser la causa del siniestro, pero que por otro no estaba seguro de que los controladores aéreos hubiesen cometido un error, y que era posible que el mismohubiese sido de los pilotos del helicóptero que impactó el jet donde viajaban 60 pasajeros.
Periodista: ¿cómo llega a la conclusión, en este momento, que la diversidad tiene algo que ver con esta choque?
Presidente Trump: Porque tengo sentido común, ¿Ok?
No es que queramos discutir el punto específico de este desafortunado episodio, aunque podrían extraerse del mismo algunas lecciones sobre como hay quienes aprovechan los momentos de dolor para llevar agua a su molino. No, pretendemos enfocarnos en otra tragedia: la falta de evidencia en la construcción de las políticas públicas.
Así, en la toma de decisiones y desarrollo de respuestas a problemas complejos de la sociedad, no es infrecuente escuchar que tal o cual resolución se ha adoptado con base en el sentido común. Desgraciadamente, como más asiduidad de lo deseable.
Para poner ejemplos, hay quienes han apelado a dicho sentido común para diseñar políticas para combatir la violencia en aspectos tan diversos como la tipificación de delitos, el narcotráfico o la multidimensionalidad de la seguridad.
El tema es que para problemas complejos las respuestas han de partir de dicha complejidad y que, por ende, las respuestas también han de tener tal característica. De ahí la necesidad, además, de involucrar una variedad de actores con responsabilidad en un asunto dado. Entre ellos la academia, que con sus sistemas de investigación, aportan datos cualitativos y cuantitativos necesarios para identificar patrones y brindar soluciones.
En el siglo XXI parecería que en este sentido ya ha llovido sobre mojado, y más. Sin embargo, como resulta del tratamiento que Trump dio a este insuceso aéreo que trajimos a colación, el asunto se ha presentado con un fuerte componente ideológico para ser encarado —no debidamente analizado—.
Y ahí es cuando volvemos a la base cero. Cuando partimos de la especulación y los datos no relevantes, dominados por nuestras propias creencias, en vez de buscar las causas originales de un asunto.
Sería apropiado, y tomamos este episodio que tuvo a Trump y su estilo como protagonista como botón de muestra, saber a ciencia cierta los porcentajes de las minorías que acceden a la administración y donde están las causas, antes de utilizar, para combatir una política determinada, la suposición, la especulación e inocular el veneno, basados en el sentido común.