Por Andrea Franchi (*)
Mujeres a lo largo del tiempo nos hemos visto en la necesidad de romper estereotipos arraigados en el ámbito laboral y empresarial.
Esta necesidad llevó a buscar nuevos horizontes en materia económica, generando negocios globales y siendo catalizadores del cambio, impulsoras del progreso económico y la innovación.
Por tal motivo la actividad empresarial entre mujeres ha tenido un notable aumento a nivel internacional.
Una mujer emprendedora es aquella que ve oportunidades en el mercado para desarrollar su negocio, y si bien cada mujer emprendedora tiene diferentes motivaciones, lo que más nos impulsa es la falta de oferta laboral, llevándonos a crear nuestro propio negocio, para lo que fue necesario detectar necesidades no cubiertas, aprovecharlas para iniciar un proyecto y hacerlo perdurar en el tiempo.
Desde tiempos inmemoriales las mujeres hemos mostrado nuestra capacidad de adaptación al cambio, la empatía al momento de liderar, lo que ayuda a impulsar la productividad y hemos desarrollado nuestra pasión por hacer lo que nos gusta, al igual que hemos demostrado resiliencia para adaptarnos y ver oportunidades en momentos críticos, lo que nos convierte en un pilar decisivo en el crecimiento económico y la inclusión.
La importancia de la mujer en el ámbito empresarial va más allá de la igualdad de género, siendo hoy un motor de cambios, innovación y crecimiento económico desempeñando un papel muy importante en el ámbito empresarial y en el crecimiento sustentable y sostenible de la economía mundial.
(*) Empresaria, organizadora de eventos y dirigente del sector Alianza Republicana del Partido Colorado.



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