Uruguay y la Unión Europea (UE) intensificaron la cooperación hacia una energía limpia en el marco de la III Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y la UE. El canciller uruguayo Felipe Bustillo y la comisaria de Energía de la UE Kadri Simson, firmaron un Memorando de Entendimiento sobre energías renovables, eficiencia energética e hidrógeno renovable, en un evento en el que participaron el presidente Luis Lacalle Pou y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. El acuerdo se da en el contexto de Global Gataway, la iniciativa de inversión presentada ayer por von der Leyen.
Uruguay y la UE tienen el objetivo común de alcanzar la neutralidad climática de aquí a 2050 y reconocen el papel clave de la eficiencia energética y las energías renovables par lograr las metas del Acuerdo de París. «La UE y Uruguay comparten la ambición de impulsar el uso de fuentes de energía renovables, en consonancia con nuestros ambiciosos objetivos climáticos» recalcó la presidenta de la Comisión Europea.
Asimismo, von der Leyen destacó que la UE y Uruguay –que recientemente anunció una inversión de 2 mil millones de dólares para la instalación de una planta de hidrogeno verde en Paysandu– «Coincidimos en la necesidad de un mercado mundial del hidrógeno basado en normas, transparente y sin distorsiones, con normas y sistemas de certificación internacionales fiables para apoyar la transición hacia una energía limpia»
Mercosur
El acuerdo entre el Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) y la UE no formó parte de la agenda principal de la Cumbre, pero fue motivo de declaraciones y reuniones entre mandatarios de las UE y del Mercosur. El presidente brasileño Luiz Inácio «Lula» Da Silva se refirió a las «presiones» europeas para avanzar en el tratado, mientras que el presidente francés Emmanuelle Macron manifestó que «No hay amenazas» y que «tiene que haber cláusulas espejo, es decir, que las reglas que imponemos en términos de medioambiente y biodeversidad a nuestras industrias y nuestros agricultores deben ser respetadas por quienes importen».
Por su parte el mandatario uruguayo, en un breve discurso pronunciado en la Cumbre manifestó que «a mí me cuesta mucho explicarle a mis hijos adolescentes que llevamos 25 años en ponernos de acuerdo», sin embargo se mostró esperanzado por los avances registrados: «por eso cuando veo a los líderes del Mercosur y de la Unión Europea con ese ánimo de acordar en pequeños pasos me parece una buena cosa”.
No obstante, y a pesar de que se ha establecido el fin de este año como límite para concretar la firma del tratado, no parece fácil lograr la aprobación del acuerdo debido a la presión de los granjeros franceses, y a los requerimientos europeos que no son fáciles de sortear, sobre todo para Brasil.