Un juego de política internacional y doméstica sumió al joven estado que se autoproclama judío en la mayor anarquía de su historia.
Al menos un millar de personas, a ambos lados de la frontera que separa al enclave de Gaza con el Estado de Israel, han perdido la vida y esto es solo el preludio de lo que una guerra asimétrica ocasionará.
El genial analista político Gustavo Sierra, escribe en Infobae que el desastre acontecido en un feriado nacional israelí – Alegría de terminar de leer la torah- vino a desbaratar la firma de un acuerdo de paz entre Arabia Saudita e Israel con el auspicio de Estados Unidos. Dicho acuerdo, impensable hace treinta años, se le veía como un muro de contención hacia Irán y a las ambiciones expansionistas de Rusia y China. La brutal respuesta de los fundamentalistas que rigen los destinos de Gaza, enclave que Israel le arrebató a Egipto en 1967 y se desconectó de él en 2005, vino antes de que se llegaran a negociar los detalles y se anunciara la firma. Hamás encontró a Israel debilitado por las fracturas internas motivadas por una coalición de gobierno que tiene dos objetivos, salvar a su primer ministro de la arremetida judicial que pone en juego su libertad y aprovechar la mayoría numérica de los ciudadanos judíos antiliberales que buscan transformar al estado sin constitución en una teocracia.
Rob Eshman del centenario medio de comunicación, The Forward, dice que el ejército tardó horas en llegar a algunas de las ciudades para enfrentarse a Hamás. Los terroristas atacaron en diferentes puntos” “Entraron con vehículos blindados, Toyota Hilux, con esas enormes ametralladoras en la parte trasera. Cuando otro grupo fundamentalista se hizo de buena parte de Irak y Siria, para horror de Occidente, me preguntaba porqué ellos tenían tan mala prensa a diferencia de sus hermanos que gobiernan el enclave que dá al Mar Mediterráneo. Ayer, 7 de octubre de 2023, el lado del mundo donde vivo comprobó que solo su madre puede diferenciar a estos gemelos perversos.
Eshman cuenta que habló con su amigo israelí. Le contó que había una fiesta rave, que duró toda la noche en medio del campo, cerca de la frontera. Miles de jóvenes bailaban música trance en el desierto para celebrar la fiesta del fin de la lectura de la Torah. Los soldados de Hamás atacaron el evento y miles huyeron. El amigo del periodista catalogó el episodio de un fracaso político, diplomático, de inteligencia y militar, colosal como la guerra de Yom Kippur.» “Quiero decir, sólo piensen con quién estamos tratando aquí en el Medio Oriente. Se suponía que Hamás era el menor de nuestros problemas, en comparación con Hezbolá o con Irán”. Dijo que los vecinos a lo largo de la frontera con Gaza se habían estado quejando a los funcionarios durante semanas sobre los movimientos de tropas de Hamás. «Decían: algo está pasando en Gaza», dijo. “Y la respuesta fue: ‘No, no, llegamos a un acuerdo con ellos. No van a empezar nada. Prometieron a la ONU, obtuvieron dinero, sólo quieren venir a trabajar. Y fue un engaño total. Las Fuerzas de Defensa de Israel no estaban en absoluto preparadas. Comenzó a las 6:30 de la mañana. Ahora son las 6:30 de la tarde y todavía hay combates”.
«Hamás ha lanzado una guerra cruel y perversa», dijo Netanyahu en un discurso televisado. “Ganaremos esta guerra, pero tendrá un precio muy alto. Este es un día difícil para todos nosotros”.
Los militantes también tomaron un gran número de rehenes de regreso a Gaza, además de retenerlos en una cafetería de un kibutz y en una casa privada en Israel.
Capturaron dos ambulancias y un tanque israelí. Tomaron el control de la comisaría de policía de la ciudad fronteriza de Sderot durante unas 20 horas. Invadieron una base militar israelí. Junto con la invasión terrestre, Hamás envió ráfagas de misiles contra objetivos en todo el país.
“Hoy no hay rey en Israel”, publicó en línea el periodista de Haaretz, Amir Tibon, citando un versículo de la Biblia destinado a evocar una sensación de desorden. «Cuidate.»