26.4 C
Montevideo
Editor responsable: Rafael Franzini Batlle
sábado, diciembre 20, 2025

Un cuarto de siglo

Y como no quien quiere la cosa este editorial marca el cierre de nuestras ediciones de 2024 y recibe al año que viene –2025– que inicia el último del primer cuarto del presente siglo.

Se ve lejano el año 2000 en el cual el Partido Colorado recibía el primer gobierno de la centuria, a cargo de Jorge Batlle Ibáñez. Para un eterno proponedor, disruptivo y desafiador  el cambio de siglo parecía el presagio de una nueva era llena de cambios y novedades. No obstante, la aftosa y una crisis importada pusieron fin a muchas esperanzas y limitaron buena parte de los esfuerzos de la administración a superar la crisis sin hundir el país.

En el principio de un siglo promisorio, entonces, los grandes logros gubernamentales quedaron constreñidos a guardar la institucionalidad y revertir la tendencia a un default que parecía inminente. No pareció suficiente, por más que la banda presidencial cambiara de manos en los plazos estipulados en la Constitución de la República, y la economía comenzase a repuntar antes de que el nuevo gobierno se instalase.

El Partido Colorado, la casa del batllismo, gobernó por última vez.

Desde aquel entonces a hoy, la marca registrada, el sinónimo de gobierno, no ha vuelto a tomar las riendas del país. Dos presidencias del Frente Amplio y una a cargo del Partido Nacional –que administró una coalición formada para gobernar– dan ahora paso a otro gobierno frenteamplista, en una saludable sucesión de alternancias que, no obstante, nos duele.

La retracción electoral colorada, naturalmente, nos preocupa. Su liderazgo también. Como el huevo y la gallina cabe preguntarse cuál es origen y consecuencia del otro: ¿los liderazgos son producto de la merma de adhesiones o viceversa? Sea como sea la colectividad no ha vuelto a ser la misma y nada anticipa que en las actuales circunstancias las cosas cambien.

De hecho, si bien en esta elección el pobre porcentaje de seguidores colorados se incrementó algunos puntos con respecto a 2019, el liderazgo sigue en entredicho. Si bien de acuerdo a la nueva conformación partidaria la dirección está en manos de una corriente, la mayoría de la bancada pertenece a otra. Y esto, cuando se es oposición de un gobierno sin mayoría legislativa, es harto complicado; no hay que ser politólogo para entenderlo, basta con conocer la naturaleza humana para vaticinarlo.

Por otra parte no es sólo la preeminencia del poder partidario lo que está en juego. Es la propia identidad colorada según como se comporten los que manejan dicho poder. A partir de la derrota de las fuerzas coaligadas en apoyo al candidato nacionalista Álvaro Delgado, sobrevuela la discusión sobre la conveniencia del fortalecimiento de la coalición mediante la constitución de un lema, o la preservación de los perfiles identitarios.

Para nosotros, que coincidimos con que el Frente Amplio es una marca electoral que disimula la ideología de sus componentes partidarios mayoritarios, nos resulta peligroso que en las actuales circunstancias el Partido Colorado se desdibuje bajo un lema común. Un cuarto de siglo nos ha bastado para ver como el llano no perdona y lo difícil que es conservar las características que hicieron grande a nuestra colectividad. Esta fue grande y hegemónica cuando el batllismo marcó su pauta, con sus ideas, sus hombres, y el diseño territorial que dio lugar a un verdadero partido de masas.

Un cuarto de siglo es apenas un parpadeo en la historia, pero ha resultado suficiente  tiempo para erosionar estructuras que se dieron por sentadas. Continuar por la senda de la autodestrucción en una apuesta de corto plazo cumplirá su cometido: un suicidio.

 

 

Artículo anterior
Artículo siguiente

Para continuar leyendo EL DIA, por favor remueva su blockeador de avisos.  Gracias!