El conflicto avanza hacia una escalada con aumento de municiones nucleares en ambos bandos, bombardeos a depósitos de armas y nuevas posiciones estratégicas
Ucrania busca recuperar el territorio que ha sido arrebatado por las fuerzas rusas. Y su contraofensiva se hizo efectiva. Los aliados occidentales de Kiev han estado suministrando una amplia variedad de armamento, incluyendo proyectiles de uranio empobrecido provenientes del Reino Unido.
Durante una intervención en Londres el pasado lunes 22 de mayo, la ministra británica de Estado de Defensa, Annabel Goldie, anunció que algunas de las municiones que se están enviando a Ucrania para los tanques de batalla Challenger 2 contienen proyectiles perforantes con uranio empobrecido.
Estas declaraciones generaron críticas por parte del presidente ruso, Vladimir Putin, quien el martes 23 de mayo expresó su desacuerdo con los planes británicos de enviar municiones de tanques con uranio empobrecido a Ucrania, advirtiendo que Moscú se vería obligado a responder de manera correspondiente. Y así fue.
En el marco del Foro Económico Euroasiático celebrado en Moscú, el líder de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, informó el jueves que su homólogo ruso, Vladimir Putin, le confirmó «el inicio del traslado de armamento nuclear» ruso hacia territorio bielorruso, país vecino de Ucrania y cercano a las aspiraciones del Kremlin.
Los ministros de Defensa de Rusia y Bielorrusia, Sergei Shoigu y Viktor Jrenin respectivamente, firmaron una serie de documentos el jueves durante un encuentro en Minsk, la capital bielorrusa, con el fin de establecer los procedimientos a seguir.
Se espera que para el 1 de julio se concluya la construcción de una serie de instalaciones de almacenamiento para este tipo de armamento. Además de la entrega de un sistema de defensa antimisiles Iskander que puede portar ojivas nucleares, Rusia ha brindado entrenamiento y equipamiento a las fuerzas bielorusas para el uso de «munición especial».
Esta medida formaliza un acuerdo previo entre el presidente ruso Vladimir Putin y el dictador bielorruso Alexander Lukashenko. En marzo, Putin ya había anunciado los planes de desplegar armas nucleares tácticas de corto alcance y baja potencia en Bielorrusia. La firma de este acuerdo se produce en un momento en que Rusia se prepara para la contraofensiva ucraniana.
Tanto las autoridades rusas como las bielorrusas consideran que esta medida es una respuesta a la hostilidad por parte de Occidente.
Mientras tanto, la Unión Europea ha manifestado este viernes su preocupación ante el traslado de armamento nuclear ruso hacia territorio bielorruso, advirtiendo que esto conducirá a una escalada «extremadamente peligrosa». La UE ha subrayado que cualquier intento de aumentar la tensión será enfrentado con una «reacción firme y coordinada» por parte de los aliados.
El Alto Representante de la Unión Europea para la Política Exterior, Josep Borrell, ha destacado que esta acción va en contra del Memorándum de Budapest, en el cual las partes se comprometieron a eliminar todas las armas nucleares de sus territorios, así como de la declaración conjunta firmada en enero de 2022 por China, Francia, Rusia, Reino Unido y Estados Unidos, los cinco países nucleares.
El régimen bielorruso es acusado de complicidad por los europeos y se los instó a “cesar de inmediato su apoyo a la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania”, ya que “solo contribuye a aumentar las tensiones en la región y socava la soberanía de Bielorrusia”, según se ha señalado en un comunicado.
¿Una nube radioactiva?
Rusia afirmó haber bombardeado depósitos de uranio empobrecido en Ucrania, especialmente en la zona de Khmelnytskyi, donde según las autoridades rusas, se destruyeron varios arsenales provenientes de la OTAN.
Según informó la agencia oficial rusa SPUTNIK, Nikolai Patrushev, Secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, declaró el viernes 19 de mayo que «la destrucción de municiones de uranio empobrecido suministradas por Occidente a Ucrania ha provocado la aparición de una nube radioactiva que se dirige hacia Europa».
«Los líderes de los países occidentales, bajo la presión de Estados Unidos, también discutirán el apoyo militar a Ucrania», observó Patrushev.
«Ucrania también ha sido ‘ayudada’, presionada por (los) satélites (de EEUU), y se le han proporcionado municiones con uranio empobrecido. Su destrucción ha provocado que la nube radioactiva se desplace hacia Europa Occidental. Polonia ya ha registrado un aumento en la radiación», destacó el secretario del Consejo de Seguridad de la Federación de Rusia.
Patrushev continuó: «Estados Unidos está desarrollando y utilizando armas químicas y biológicas, incluso en el territorio de Ucrania».
La Agencia Atómica Estatal de Polonia negó informes de un aumento en los niveles de radiación en la región de Lublin. Calificó la información como falsa y aseguró que no existe un «aumento de la radiactividad» en Khmelnitsky. Señaló que «no hay peligro de radiación».
Por su parte, el embajador de Rusia en Washington, Anatoly Antonov, afirmó que los países occidentales, liderados por Estados Unidos, que decidieron abastecer a Kiev con municiones de uranio empobrecido, están «acercando al mundo de manera irreversible a una línea peligrosa que cada vez más podría conducir al armagedón nuclear».
Los riesgos
La ministra británica de Estado de Defensa, Annabel Goldie, aseguró que el uranio empobrecido se utiliza en armas con el fin de penetrar en tanques y armaduras de manera más fácil, debido a su peso y otras propiedades físicas.
Este tipo de armamento representa un peligro para la salud en las áreas cercanas a los lugares de impacto, ya que el polvo resultante puede ingresar a los pulmones y órganos vitales de las personas, generando un riesgo significativo.
Entre los tiros y la diplomacia
En la ciudad de Moscú, el canciller ruso Serguéi Lavrov recibió al enviado chino Li Hui con el objetivo de dialogar sobre posibles soluciones al conflicto. No obstante, Lavrov señaló que percibe «importantes obstáculos» para lograr la paz debido a las acciones de Ucrania y las potencias occidentales.
En la localidad de Belgorod, el gobernador acusó a las fuerzas militares ucranianas de llevar a cabo numerosos bombardeos de artillería en las últimas 24 horas, ocasionando daños materiales pero sin provocar víctimas mortales.
En la ciudad de Dnipró, el líder de la administración militar, Serguii Lysak, afirmó que Rusia lanzó misiles contra una zona residencial que albergaba tanto una clínica médica como una clínica veterinaria.
De acuerdo a fuentes ucranianas, el bombardeo de esta ciudad habría ocasionado al menos dos muertes y alrededor de 30 heridos. Antes de la invasión rusa en febrero de 2022, Dnipró era un centro industrial de gran importancia, con una población cercana al millón de habitantes.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, difundió un video en el que se pueden observar edificios severamente dañados, con columnas de humo emergiendo de ellos.
Zelensky afirmó que al atacar instalaciones médicas civiles, «los terroristas rusos confirman una vez más su condición de adversarios de todo lo humano y lo honorable».
El Ministerio de Defensa ruso confirmó haber llevado a cabo bombardeos nocturnos en territorio ucraniano, pero alegó que los objetivos eran «depósitos de municiones».
Esta semana, Ucrania informó haber repelido un intenso bombardeo ruso en Dnipró, en el que se lanzaron 16 misiles y 20 drones.
Por otra parte, el primer ministro de Países Bajos, Mark Rutte afirmó el viernes 26 de mayo que Países Bajos está “seriamente evaluando” la posibilidad de desplegar aviones de combate F-16 en Ucrania, aunque aún no se ha tomado una decisión definitiva al respecto.
Rutte informó que Países Bajos tiene la intención de iniciar el entrenamiento de pilotos ucranianos en el manejo de los aviones F-16 en un futuro cercano. Al ser preguntado sobre si el país tiene planes concretos de enviar aviones de combate a Ucrania, el primer ministro manifestó que aún no hay una definición, pero que “si se empieza a entrenar es obvio que es algo que se está considerando seriamente”.
Estas afirmaciones del primer ministro holandés se suman al respaldo del presidente estadounidense Joe Biden a los programas de capacitación de pilotos ucranianos para aeronaves F-16, anunciado la semana pasada. El presidente ucraniano, Volodímir Zelensky, garantizó que dichas aeronaves no serían utilizadas para ingresar a territorio ruso.
En este momento de la guerra, cada nueva intervención de las partes los acerca a un desenlace más complicado o, al menos, los aleja de una resolución en paz.