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Editor responsable: Rafael Franzini Batlle
sábado, diciembre 20, 2025

Transporte metropolitano: dos proyectos que dividen las aguas

El próximo gobierno de Yamandú Orsi, así como las intendencias de Montevideo y Canelones, deberán optar en un futuro próximo entre dos sistemas diferentes para transformar el sistema de transporte de pasajeros en la zona metropolitana, alternativas que dividen las aguas entre las actuales y futuras autoridades.

Uno de ellos es la iniciativa presentada recientemente por el Cinve, y que se basa en un sistema de ómnibus eléctricos que circularían en dos líneas por 18 de julio, 8 de octubre y Avenida Italia, mientras que el otro responde a un proyecto de tranvía a El Pinar, proyectado por el consorcio 3S.

El proyecto del Cinve fue presentado en octubre y consiste en dos líneas, la A y la B, la primera de las cuales realizaría el trayecto Plaza Independencia-Zona América, mientras que la segunda se bifurcaría a partir de Tres Cruces en un troncal hacia El Pinar por Avenida Italia.

Este sistema prevé utilizar ómnibus eléctricos de 220 pasajeros, en un viaje de 23 kilómetros y 41 paradas, con 30 frecuencias por hora, es decir, con un intervalo de dos minutos.

Las unidades circularían bajo tierra por 18 de julio desde la Plaza Independencia hasta la avenida Daniel Fernández Crespo, con paradas también subterráneas, mientras que hacia el este, la circulación sería a nivel de la superficie con pasos a nivel en cruces de importancia como 8 de octubre y Centenario, 8 de octubre y Bulevar Batlle, Avenida Italia y Centenario y Avenida Italia y Bulevar Batlle.

Además, se instalaría una estación bajo la Plaza de la Democracia en Tres Cruces para combinar las líneas A y B, al tiempo que en todas las paradas se podrá acceder a los ómnibus con un sistema de boletos prepagos.

La inversión prevista es de USD 528 millones.

La otra iniciativa se presentó en junio del año pasado por parte del Consorcio 3 Eses, conformado por la española Stadler Rail y por las empresas uruguayas Saceem y Stiler, y consiste en la construcción de un tren tranvía que conecte la Plaza Independencia con El Pinar.

El proyecto implica una inversión de unos USD 500 millones e implica el diseño, construcción, mantenimiento y financiación privada de un servicio de tren tranvía para el transporte de pasajeros entre Ciudad Vieja (Montevideo) y el kilómetro 32,500 de El Pinar (Canelones).

Se prevé que este tren tranvía recorra las avenidas 18 de julio, Italia y Luis Giannatasio, lo que acortaría en 50% los tiempos de viaje, con 33 paradas en el trayecto e implantación de un sistema estilo “park and ride” que permita en dos lugares situados en el Parque Batlle y en la intersección de Avenida Italia y Barradas, estacionar los automóviles y abordar el servicio.

Además, será necesaria la expropiación de dos zonas para área de talleres y estacionamiento de material rodante, estimándose en 20.000 metros cuadrados en el barrio Aguada y 32.000 metros cuadrados en El Pinar.

En relación al modo de financiamiento se prevé que el proyecto sea ejecutado mediante la modalidad de Participación Público Privada (PPP), a pagar en un período de entre 25 a 30 años, al tiempo que la construcción de la infraestructura llevaría entre tres y cuatro años.

Ambas iniciativas para transformar el transporte metropolitano de pasajeros dividen las opiniones en el ámbito político, ya que el tren tranvía cuenta ya con la aprobación del propio presidente Luis Lacalle Pou y el ministro de Transporte, José Luis Falero, mientras que desde el Frente Amplio se ve con buenos ojos el proyecto del Cinve.

El presidente electo Orsi, calificó durante la campaña electoral en un almuerzo de la Asociación de Dirigentes de Marketing (ADM) como una idea “más afinada” que las vistas históricamente, con un impulso a la modalidad eléctrica, transporte multimodal y la jerarquización de corredores.

Por su parte, la vicepresidenta electa, Carolina Cosse, señaló que “es una transformación profunda del área metropolitana, pero además tiene elementos secundarios fundamentales como la disminución de los tiempos de viaje, la mejora de la eficiencia, cambios estructurales del sistema de transporte, cambios en la gobernanza, pero sobre todo tiene dos corredores ecológicos y una nueva concepción de la naturaleza en la ciudad que es que la naturaleza somos todos”.

“Ojalá lo podamos hacer”, concluyó la ex intendenta de Montevideo.

Las propuestas también generan controversia a nivel de expertos en transporte, ya que el entendido en materia ferroviaria y corresponsal de Railway Gazette, Marcelo Benoit, calificó como “ridículo” el proyecto para que circulen ómnibus subterráneos.

En declaraciones a EL DIA, Benoit se manifestó a favor del tranvía en superficie, ya que “los túneles generan mil problemas adicionales, y justamente lo que se busca es tener buen transporte público que opere en superficie”.

“Hacer un túnel para ómnibus es como la propuesta del túnel para trolleybuses que se propuso en los años cincuenta, en lugar del metro”, sostuvo el experto, quien cuestionó además aspectos como la dependencia de un solo fabricante de ómnibus, la capacidad de transporte de los mismos y el peso de las baterías.

El proyecto de tranvía también es polémico, ya que el ex ministro de Transporte y Obras Públicas, Lucio Cáceres, dijo a EL DIA en ocasión de conocerse el mismo, que la iniciativa “está verde” y agregó que el mismo generaría “consecuencias económicas, sociales y urbanísticas negativas”, dado que involucra muchos tramos urbanos en su trayecto y circulará por Avenida Italia, que ya hoy parte la ciudad en dos”.

“Para cruzar Avenida Italia, habría que llenar esa vía de puentes peatonales y vehiculares y cada puente tiene un costo de USD 4 millones”, subrayó el ex ministro durante la segunda presidencia de Julio María Sanguinetti y la de Jorge Batlle.

Cáceres consideró que “un tren de esas características tiene que ser subterráneo por 18 de julio desde la Plaza Independencia hasta Tres Cruces y luego elevado como se hizo en México”.

Los tranvías en Montevideo dejaron de funcionar en 1956, cuando fueron sustituidos por los trolleybuses, primero operados por la municipal Amdet y luego por la cooperativa Cooptrol, hasta el cese del servicio en 1992.

Por su parte, la idea de un construir un metro se remonta a la década de 1920, con una misión francesa, y estuvo más cerca de concretarse en la década de 1950, cuando una firma del metro de París se instaló en Montevideo.

El último proyecto se presentó en 1998 por la Fundación Metro de Montevideo y preveía la construcción de cinco líneas con una inversión de USD 1.000 millones.

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