El presidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, dimitió este domingo dos semanas después que la FIFA anunciara su suspensión preliminar por haber besado a la fuerza a la jugadora Jennifer Hermoso. El dirigente indicó que tras su renuncia la candidatura de España, Portugal y Marruecos al Mundial del 2030 ganaría «estabilidad».
El ente rector del futbol había prohibido a Rubiales «todas las actividades relacionadas con el fútbol» a nivel nacional e internacional por 90 días, a partir del 26 de agosto. El organismo también ordenó a Rubiales y a la RFEF evitar ponerse en contacto con la jugadora.
La decisión de la FIFA fue tomada inmediatamente después que la federación española respaldase a su presidente, insistiendo en que el incidente con Hermoso no fue incorrecto, y manifestara que podría llegar a tomar acciones legales para proteger al dirigente. Luego de insistir en que no renunciar, en el anuncio de su renuncia Rubiales admitió que luego de «la veloz suspensión» y los procesos en su contra es «evidente» la imposibilidad de volver a la comandancia del fútbol español.
La conducta del presidente de la RFEF durante el Mundial Femenino y en la ceremonia de premiación y no son los únicos temas controversiales de la gestión de Rubiales, que ha sido objeto de denuncias de corrupción. No obstante, el incidente del beso tiene tanto detractores por su machismo como defensores que notan que la actitud de Hermoso cambió durante el proceso y que la sanción de FIFA fue desmedida ante la efusividad mal controlada del ahora expresidente.