El gobierno ruso informó este lunes que el presidente Vladimir Putin y Yevgeny Prigozhin, el líder del grupo Wagner se reunieron 48 horas después de haber intercambiado fuerzas en la sublevación que el comandante mercenario puso en marcha y que fue el primer desafío al régimen de Putin en más de dos décadas de gobierno.
La revelación del Kremlin revela que Putin, que denunció la rebelión y prometió aplastar a quienes definió como «traidores» no descartó las negociaciones con los insurrectos y continuar utilizando a las fuerzas mercenarias en la guerra con Ucrania
La noticia de la reunión aumenta las especulaciones sobre el paradero de Prigozhin y su grupo y no es claro porque todavía están en Rusia sin mayores restricciones; incluso trascendió que el líder de Wagner regresó a su ciudad natal, San Petersburgo, para recoger armamento militar. El presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, que medió para terminar con la rebelión no dio detalles sobre el paradero de Prigozhin pero recalcó que el pacto alcanzado entre el gobierno ruso y Wagenr aún no se implementó totalmente.
De acuerdo a las informaciones del gobierno Putin invitó a 35 personas, incluido Prigozhin y todos los altos comandantes de Wagner, y en una reunión de tres horas evaluó los esfuerzos de los mercenarios en la invasión a Ucrania, y durante la sublevación, dijo el portavoz del Kremlin, Dmitri S. Peskov.
Según el vocero los combatientes de Wagner también ofrecieron su explicación de lo sucedido, por lo que la reunión fue una oportunidad para aclarar el panorama y establecer un rumbo a seguir. «Putin escuchó a los comandantes y propuso opciones de empleo y opciones de combate adicionales», dijo.
Peskov enfatizó que los mercenarios de Wagner juraron lealtad al líder ruso durante la reunión, agregó el remarcaron que son partidarios y soldados de Putín y aseguraron que están preparados para luchar por el país en el futuro»
La imagen de Mr. Prigozhin y sus tenientes reunidos pacíficamente con el líder ruso, apenas horas después de que Putin prometiera aplastar su rebelión, contrasta con la imagen que mostró ofuscado al líder ruso preparado para aniquilar a Wagner por las amenazas a su gobierno y permite pensar que el presidente ruso prefiere no erradicar completamente una fuerza de combate experimentada y con un seguimiento popular en medio de una guerra costosa.
Es posible especular que Putin considera la insurrección como poco más que una disputa interna entre las fuerzas combatientes, una vez que Prigozhin afirmó que su objetivo era derrocar el liderazgo militar del país, no desafiar directamente a su gobierno.