Esta serie de testimonios nació con la idea de saber dónde estaban el 27 de junio de 1973 cada uno de quienes los brindaron, como una forma de revivir desde la memoria personal la disolución de las cámaras —la concreción del golpe de estado—.
Muchos lo recordaron, otros no. Pero todos aportaron circunstancias o visiones que, de todas formas, permiten recrear el momento dramático en que el país sufrió un quiebre institucional y se perdió la libertad. A todos ellos mi agradecimiento.
El reportaje está inspirado en un pensamiento que compartí con varios de quienes han contribuido a esta mirada histórica de medio siglo atrás: la Libertad, la Democracia, La Paz no están en la geografía. No. Son valores a cuidar con nuestro proceder diario mediante la conciencia cívica en acción.
El aporte de los participantes cristaliza el momento justo de esa toma de conciencia que es bueno trasmitir a las generaciones más jóvenes, que tienen la dicha de haber vivido sus vidas en el período más largo de efectivo respeto al Estado de Derecho en nuestra República.
El año 1973 trajo marcas indelebles. El 9 de febrero presencié en la intimidad de mi hogar las conversaciones de mi tía Lidia y su amiga Nidia con sus respectivos esposos. Desde la sub estación telefónica de UTE que quedaba a dos puertas de casa, un arriesgado funcionario —Nicolás— hizo un puente para que la comunicación fuera posible sin interrupciones, y, más importante, sin riesgo de ser interceptada.
Mi tío Julio César Franzini tenía a su mando una división de barcos y ese día salió a navegar a bordo del Campbell con la eventual misión de cañonear el Dique Nacional en el Cerro de Montevideo. Y su amigo Lázaro Pinko era el Prefecto del Puerto. Julio César y Lazaro eran compañeros de armas pero además habían estudiado juntos en Estados Unidos durante dos años (a ambos se les aplicaría el “inciso G” con que fueron retirados por la fuerza los navales que defendieron la Constitución) Sus esposas también eran amigas y ese día se comunicaban en inglés con sus maridos para conocer las últimas novedades y trasmitir mensajes importantes. Jamás olvidaré la angustia que se vivía en aquellas horas. Se esperaba la orden de disparar. Una guerra civil estaba en puerta.
Para un chiquilín de 11 años todo aquello, además de medio increíble en el sentido cinematográfico de las circunstancias, era francamente aterrador.
Después, lo que vendría, lo que ocurrió el 27 de junio, estaba como “cantado”. No era cuestión de saber si pasaría, el asunto era cuándo pasaría. Y pasó. Me tocó vivir las circunstancias de mi casa donde repercutieron las vicisitudes de EL DIA que sería un diario de oposición al régimen desde la primera hora (sus editoriales del 9 de febrero y del 27 de junio fueron el mismo) Cosas que en menor medida que muchos, pero en mayor medida que bastantes, sufrimos aquellos años.
Aprendí que vivir sin libertad era vivir con miedo y que el coraje, como dijo un día Maneco Flores Mora, era el miedo para adelante. Y que la valentía también puede ser un deber. Aprendí, en la página editorial de EL DIA a leer a Batlle, todos los días, bajo una foto en que Don Pepe —joven y adusto, inminente—parecía desafiar a la dictadura. A Batlle hay que leerlo, no que otros lo interpreten.
Se podría decir que la dictadura —como a todos los uruguayos— moldeó mi personalidad.
Las vivencias que compartimos hoy no quieren ser sólo un recuerdo de aquellas horas, un relato de un momento, una fotografía a la historia. Ojalá sirvan de acicate a conductas dignas, que, desde cualquier ámbito de la sociedad, nos haga merecer la libertad que hoy, como un privilegio, gozamos.
Son la recreación de lo que —con el empeño de los uruguayos—no debe volver a vivirse. Nunca más.
Bienvenido «nuestro» El Día!!!
Y más que bienvenido al ruedo periodístico, en TÚ CASA, Rafael!
Lástima que el tiempo «nos» robó valiosísimos testimonios, como el propio Maneco, don Luis Hierro, Héctor Grauert, el propio Jorge…..
Es que «ésto tiene que cambiar», y el Batllismo es el cambio, el Batllismo civilista, historiador, inteligente y «para la gente»
Gran y cívico abrazo, Rafa!!!
Guillermo
Muchas gracias Guillermo. Por una falla del sistema tu cometario no había llegado, pero nunca es tarde para agradecer. Espero que sigas disfrutado de nuestra información diaria