En tiempos de resurgimiento del movimiento conservador en Europa, los partidos políticos moderados han perdido espacio ante una envestida de colectividades que defienden a capa y espada un espacio neoliberal.
En América Latina, mientras tanto, los socialdemócratas brasileños han perdido espacio frente al Partido de los Trabajadores inspirado en el trotskismo.
El Partido Social Democrático brasileño, liderado en el pasado por el presidente Fernando Enrique Cardoso, terminó apoyando a Luis Inácio “Lula” da Silva en la últimas elecciones, sin un protagonismo fuerte en la puja electoral, limitándose a buscar escaños en la Cámara de Diputados y de Senadores. Y el Partido Democrático Laborista —que en las ultimas elecciones presentó como candidato a su líder Ciro Gómez— salió tercero en medio de la polarización de la derecha conservadora de Jair Bolsonaro y la izquierda de Lula.
En nuestro país los candidatos más moderados o los espacios políticos de centro, en especial los defensores de la socialdemocracia moderna, enfrentan los mismos desafíos.
En el Frente Amplio se visualizan poco y nada los espacios moderados, y los que levantan las banderas de un espacio socialdemócrata ven su caudal electoral reducido y sin incidencia en la interna partidaria; en cambio los partidos y sectores más ortodoxos, como el Partido Comunista, el Partido Socialista y el MPP, tienen el mando de las bases desde donde definen el programa y las ideas de esa coalición política.
En cuanto al Partido Nacional, después de la muerte de Jorge Larrañaga los espacios más moderados se enfrentan a una situación inesperada y, por ahora, no se vislumbra un resurgimiento wilsonista con esperanza de incidir electoralmente, ni con expectativas de forjar un candidato relevante capaz de ganar las elecciones internas del año 2024.
En tanto, el histórico Partido Colorado se enfrenta a una coyuntura en la que su marcado rol batllista y socialdemócrata dependerá tanto de los candidatos a postularse como del lugar donde se posicionarán los sectores históricos y los nuevos espacios que puedan surgir. Se ha dicho por los corrillos que Pedro Bordaberry podría volver y representaría el auténtico riverismo. El exsenador se enfrentaría probablemente a Robert Silva quien sería —si acepta el desafío—una opción que estaría muy cercana a los espacios moderados y socialdemócratas.
Con este escenario, en las próximas elecciones nacionales los sectores de centro y en especial los socialdemócratas tendremos un arduo trabajo para lograr incidir en los destinos de la política uruguaya.
El camino es la generación de los espacios necesarios para llegar al ciudadano de a pie con un mensaje claro y sencillo: los socialdemócratas somos la mejor opción para el porvenir de nuestra patria.
Para ello, es importante fomentar el trabajo en equipo y trasmitir confiados que la esperanza de un Estado de bienestar lo podemos construir juntos militando día a día con ideas, y convicción en el rumbo que queremos.
El Uruguay por naturaleza es de centró,
Hace falta líderes que lo marqué. Principalmente en el partido Colorado Batllista. Que nunca debió salir del centró.
Gracias Gerardo por tu comentario, se lo haremos llegar a Jesus Martinez