El parlamento israelí aprobó hoy una controvertida ley que quita poder a la Justicia, eliminando la potestad del Tribunal Supremo para anular las acciones del gobierno que considere injustificadas. Esta es la primera de una serie de reformas propuestas por el gobierno para frenar lo que éste considera un desequilibrio de fuerzas entre el ejecutivo y los tribunales. Las reformas provocaron fuertes protestas en y la oposición sostiene que afectan a la democracia.
La llamada «ley de razonabilidad» fue aprobada por 64 votos a 0, después de que la oposición boicoteara la votación final y el líder de la oposición, Yair Lapid, describió la medida como «una toma de control por una minoría extrema sobre la mayoría israelí».
El primer ministro, Benjamin Netanyahu, que el día antes de la votación fue internado para recibir el implante de un marcapasos, insistió en que la ley no afecta la independencia del poder judicial y justificó la ley para que el gobierno «lleve a cabo políticas de acuerdo con la decisión de la mayoría de los ciudadanos del país».
El lunes por la mañana, los manifestantes apostados frente a la Knesset (Parlamento israelí) fueron dispersados con chorros de agua. Según los medios de prensa del país y los partes policiales, un manifestante resultó herido y seis fueron arrestados
Las reformas propuestas para limitar el poder del Tribunal Supremo polarizaron a Israel, sumiendo al país en una grave crisis interna. Cientos de miles de manifestantes tomaron las calles para protestar por lo que consideran un ataque a la democracia, mientras que el gobierno, por el contrario, argumenta que las reformas fortalecen la democracia, limitando la injerencia que el Tribunal Supremo ha ejercido sobre la política en las últimas décadas.
La reformas tampoco pasado desapercibidas en el ámbito internacional. El presidente estadounidense Joe Biden había criticado los recortes a la Justicia israelí propuestos por Netanyahu y describió a la coalición del primer ministro israelí como «una de las más extremistas» desde la década de 1970. No obstante, el mandatario estadounidense extendió una invitación a su par israelí para visitar a Estados Unidos.