La izquierda en Grecia ha sido sacudida por la sorpresa este domingo luego que Stefanos Kasselakis, sin carrera política previa, venciera en las internas de Syriza, el principal partido de oposición–y por un amplio margen– a la candidata favorita, la ex ministra de Trabajo Efi Achtsioglou. El nuevo líder se anotó en la carrera tan solo a un mes de las elecciones internas.
Kassselakis, de 35 años, es un empresario con raíces en Estados Unidos, donde se desempeñó como ejecutivo de cargas, y se mudó a Atenas pocos meses atrás. Sustituye en el cargo al ex primer ministro Aléxis Tsípras, quien ocupó la presidencia del partido por 15 años y anunció su retiro luego de la derrota de Syriza en mayo y junio de este año.
Kasselakis ganó el apoyo del electorado al prometer un alivio fiscal «drástico» para empleados del sector privado y público –una agenda que es vista como un giro al centro– la separación entre la iglesia y el estado, reformas judiciales, la ciudadanía para hijos de migrantes nacidos y criados en Grecia y la legalización del matrimonio igualitario.
No obstante, el nuevo líder ha sido criticado por no haber presentado un programa de gobierno articulado, con pautas claras y no demasiado abarcadoras, y desde la izquierda más tradicional se le ve como una amenaza. «Este es el fin de la izquierda como la conocemos» declaró el miembro del parlamento europeo y periodista Stelios Kouloglou al diario británico The Guardian, lamentando que «apareció de la nada y ahora está a cargo, es una locura».
Mientras tanto, el domingo, conocidos los resultados, Kasselakis enfatizó que «no soy un fenómeno. Soy la voz de la sociedad y no los defraudará. Mañana empieza el trabajo duro»