Fiscales federales presentaron nuevas acusaciones en el juicio que se le sigue al expresidente estadounidense Donald Trump por el manejo irregular de documentos confidenciales luego de dejar su cargo. La nueva acusación fue realizada en un acta complementaria e incluyó como acusado a Carlos De Olivera, administrador de Mar-a-Lago, el club privado del exmandatario.
La ampliación de cargos es el resultado de las declaraciones de De Olivera, según quien Trump le solicitó que borrase los registros de las cámaras de seguridad de la propiedad. El administrador será imputado este próximo lunes.
La acusación original imputaba a Trump y a uno de sus ayudantes personales, Walt Nauta, por obstaculizar la recuperación de los documentos clasificados, pero en la ampliación la imputación incluye nuevos cargos como la tentativa de «alterar, destruir, mutilar u ocultar pruebas», así como inducir a alguien a hacerlo.
Los fiscales bajo el mando del fiscal especial Jack Smith investigaron a De Oliveira durante meses, debido a las comunicaciones qué el administrador tuvo con Yuscil Taveras, quien supervisa los registros de las cámaras de vigilancia en Mar-a- Lago.
Según el acta ampliatoria cuando el gobierno solicitó a Trump la entrega de los registros de las cámaras, el expresidente habló con De Olivera durante casi media hora, y dos días después De Olivera y Nauta fueron los locales donde se encuentran los monitores que reproducen los registros y se dirigieron a las cámaras, señalándolas. Fue luego de eso que De Olivera se apersonó a Taveras y le manifestó que «el jefe» quería que se borrasen las grabaciones y que esa conversación debía quedar «quedar entre ellos dos». Taveras, de acuerdo a la nueva acusación, se negó a hacerlo.
Los registros de las cámaras de seguridad fueron esenciales para que el fiscal especial Smith determinase si a petición del expresidente, Nauta había trasladado las cajas a un depósito en Mar-a-Lago para evitar la devolución de los documentos confidenciales.