Níger no tiene muchas opciones. Luego del golpe de estado que el 26 de julio derrocó al presidente Mohamed Bazoum, el país se prepara para la intervención anunciada por la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (ECOWAS, por su sigla en inglés), o se alinea a la realidad de un nuevo gobierno dictatorial.
El plazo anunciado por ECOWAS –que ya está imponiendo sanciones económicas a Níger– vencía hoy domingo, lo que aumentó la incertidumbre por futuro del país. Por un lado están los que procuran conseguir alimentos y abandonar la capital, y por otro los que apoyan a la nueva junta rechazando cualquier tipo de injerencia de la Comunidad Económica regional.
Como parte de las sanciones de ECOWAS, Nigeria, que proporciona aproximadamente el 70 por ciento de la electricidad de Níger, suspendió su suministro de energía, sumiendo a la mayor parte del país en la oscuridad.
No obstante, hasta ahora no se concretó la intervención anunciadas por los líderes de ECOWAS. «La democracia debe ser restaurada, mediante diplomacia o fuerza», había dicho en una entrevista telefónica el sábado el General Christopher Gwabin Musa, jefe de defensa de Nigeria. La mayoría de los analistas consideran que un conflicto es poco probable, al menos a corto plazo.
Bazoum, un aliado de Occidente que fue elegido en 2021, se niega a renunciar y solicitó auxilio a través de una nota en el Washington Post. Pero su situación se agravó cuando sus carceleros le retiraron las tarjetas de SIM de sus celulares lo que ha profundizado su aislamiento.
Por su parte los amotinados que tienen detenido al presidente dijeron que resistirían cualquier intento de sacarlos del poder, agregando más tensión a la situación. El domingo, el país cerró su espacio aéreo, citando la amenaza potencial de una intervención militar externa.
Los golpistas militares continuan ignorando los esfuerzos nacionales e internacionales para revertir la situación, rechazaron las amenazas de Estados Unidos y la Unión Europea de cortar relaciones y se acercaron a los gobiernos dictatoriales de Burkina Faso y Mali cercanos a Rusia.
El General Musa, oficial militar de Nigeria, insistió en que los países de la ECOWAS preferían resolver los diferentes pacíficamente. «No hay necesidad de una guerra. Esto traería más destrucción», dijo. Refiriéndose a Níger y Nigeria, agregó: «Cultural y religiosamente, somos casi iguales. Sería como pelear con tu hermano».