“Catón el censor”, me decía mi vieja cada vez que veía en mi una actitud en que todos los humanos caemos fácilmente: erigirnos en críticos de los demás. Bien criado y, a falta de religión, dispuesto a vérmelas con la almohada, traté de extender el sentido crítico a mi mismo. Tal vez por eso es que evito el juicio fácil sobre los demás.
Pero chitón, tampoco. No me lo fumo, ante un cambio de ideas o una hoja en blanco prefiero la honestidad y evitar el doblez. Porque aquello de como te digo una cosa te digo la otra me resulta terrible: es vaciar de contenido al mínimo acto basado en principios, la práctica al desnudo de la lija a la moral.
Y cuando se van acallando las voces de los críticos, los opinólogos, los periodistas que operan y van campantes como si no traicionaran a la profesión (al fin y al cabo, ¿qué te cuesta decir lo que sos?, si todo el mundo descubre a los informadores hemipléjicos ya sea porque son detestables, ya sea porque, consciente o inconscientemente se les sigue para disimular la debilidad que implica confrontar ideas con un solo resultado: leer o escuchar siempre a los mismos), cuando se van acallando las voces —decía— me dio por ser políticamente incorrecto. O sea, sincero al grado de la grosería.
Porque, en serio, ¿habrá algo más horrible que los tránsfugas vestidos de principistas?,
O, ¿existirá algo más repugnante que los que sin ser tránfsugas salen a “marcar la cancha” en la mente de los idiotas y luego pedir perdón a quienes no lo son tanto? Al fin y al cabo, en esta campaña hubo algún astuto, del tipo abogado del Lincoln, manipulador de conciencia a costa del proceso, ¿cierto? Y sí, el fin justifica los medios.
¿Y de los politólogos que leen los datos de la realidad siempre en un mismo sentido (el de su preferencia política)?, ¿que tal?. ¿Vos también estás podrido, o soy yo solo?
A ver, no es que esté en contra de todo. Estoy en contra de la deshonestidad intelectual. De los que actúan a sabiendas —“este muerto se lo cargo a. . .”, ¿se acuerdan?—.
Así, propongo, en corto, porque las notas largas no las lee nadie averiguar, pensar y concluir
1 ¿los comunicadores ensobrados, son privilegio de Argentina en exclusividad?
2 ¿de qué viven los tránsfugas que, de forma ineluctable, asumirán el carguito- recompensa-prebendario?
3 ¿las verdaderas intenciones de enchastrar a quien se gasta su plata como quiere?
4 ¿cómo se puede afirmar que la elección -un acto para definir un presidente- pase a ser la medida del apoyo o no a la gestión de un gobierno
En fin, en tren de buscar ejemplos, los hay para todos los lados, de todos los colores, con ilimitada oferta de sabores. No está de más darse una vuelta por las redes no muy serias y los medios pretendidamente.
Y en el medio, los que no vamos en nada, ni a nada, tenemos el derecho de cuestionar, como una forma de espolear el sentido crítico. ¿O no?


