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Los Horovitz, la tortura, Israel, la solidaridad y el Partido Comunista Uruguayo.
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Tú sabes que la sociedad se divide en clases y no en genes”, le escribió el militante comunista Eduardo Bleier Horovitz,  el 6 de octubre de 1975,  a su hija israelí.  

Como informara EL DIA, la ciudadana israelí-uruguaya  Shani Goren Horovitz  fue liberada el 30 de noviembre luego de ser secuestrada del kibutz Nir Oz el fatídico 7 de octubre.  Shani, cuyos abuelos maternos habían emigrado de Uruguay a Israel pocos años después de su establecimiento, es educadora del kibutz de donde fue raptada. Había obtenido la ciudadanía uruguaya por gestiones de su familia luego de ser tomada como mercadería a permutar en el pogróm palestino contra residentes del soberano Estado de Israel, lo que la izquierda uruguaya anti liberal califica como  acto de resistencia.    

Si bien la liberación de Shani se produjo el a fin de noviembre, la familia tenía noticias de ella gracias a Elitan Yahalomi, un niño israelí de doce años que fue rehén y objeto de torturas por Hamás, que se opone a la existencia de un Estado Judío en la Tierra de Israel y Palestina. (Del Río Jordán al Mar Mediterráneo, viva Palestina Libre, corean los comunistas uruguayos y sus amigos – en inglés rima -).  Shani era su maestra en el Kibutz y durante la detención criminal de ambos siguió al cuidado del adolescente. La circunstancia no pasó desapercibida por la prensa israelí, como ya informáramos.   

El secuestro de la nieta de uruguayos fue una nueva desventura en la familia Horovitz. 

El militante comunista Eduardo Bleier era sobrino segundo del abuelo de Shani. El 9 de setiembre de 1949, Eduardo se casó con Kelly Novogrebelsky y meses después nació su hija Irene.    

Entre 1951 y 1952, Bleier, quien nació en el seno de una familia judía conservadora, se afilió al Partido Comunista, al igual que muchos jóvenes de la época, lo que generó un conflicto con su padre. Era estudiante de odontología. Fue secretario de finanzas del Partido.  El 13 de noviembre de 1954 contrajo nuevamente  matrimonio con Rosa Valiño. 

Kelly emigró a un Kibutz con su pequeña hija. Irene se casó el 15 de agosto de 1968 en el Kibutz Metzer con Carlos Lewnhoff.   

En su libro Secretos del PCU, Alvaro Alfonso narra como la operación Mórgan fue el producto de una serie de hechos desafortunados. Estando el Secretario General del Partido Comunista Uruguayo, Rodney Arismendi preso, el embajador soviético prometió a los mandos militares una importante compra de carne por parte de la URSS a cambio de  su libertad y su traslado a la Unión Soviética. Los golpistas uruguayos cumplieron, los soviéticos no. 

El director interventor del Ministerio de Ganadería y Agricultura, Coronel Fons, sentenció: “ Nos engañaron, los comunistas lo van a pagar con sangre”. De esta manera, el 20 de octubre de 1975, dicen André Fremd y Gerardo Kronfeld, comenzó la Operación Morgan. El 28 de octubre de ese año caería Eduardo. 

Irene, desde Israel,  co-organizó una manifestación de protesta por los desaparecidos uruguayos, entre ellos su padre, frente a la embajada de Uruguay, el 6 de enero de 1976. El 4 de febrero  efectuó  un pedido de informes al Embajador uruguayo en Israel.  También co- fundó el Comité Israelí de Solidaridad con los Presos Políticos en el Uruguay… 

El 27 de junio de 1976, a tres años de disuelto el parlamento uruguayo, cuatro ex senadores de aquel entonces, y una poeta israelí, enviaron una carta a Alberto Demicheli —Presidente del Consejo de Estado, un órgano colegiado que elaboraba las leyes de la dictadura— con copia al Embajador de Uruguay en Israel, y al Secretario general de la ONU, Kurth Waldheim, pidiendo el fin de la tortura y la liberación de los presos políticos.  Varios aniversarios de la disolución del parlamento, que siguió al golpe de estado del 9 de febrero de 1973, volvieron a juntarse para protestar frente a la Embajada uruguaya. El 15 de febrero de 1979, Irene le dijo al Comité de Derechos Humanos de la OEA que tenía pruebas irrefutables de la detención de su padre. 

Ante la posible visita del dictador Gregorio Alvarez a Israel, en 1984, las movilizaciones de los uruguayos lograron impedirla. El presidente Julio María Sanguinetti no estuvo exento de las requisitorias de Irene por el paradero de su padre; cuando el mandatario visitó Israel en 1988 ella logró entrevistarse con él en el Hotel King David de Jerusalém. 

Varios detenidos que estuvieron recluidos junto a Eduardo, a quienes más tarde se les permitió comunicarse con sus familiares, coincidieron que fue tratado con brutalidad y saña por su condición de judío. En ello están de acuerdo, Vilma Antúnez de Muró y León Stolowicz. El ser solidario con sus compañeros detenidos y torturados parece una marca de fábrica de los Horovitz.     

Los  restos de Eduardo Bleier  fueron hallados el 28 de agosto de 2019 en el  Batallón 13. Irene hizo su duelo en Israel.  

Algún día les contaré como se comportaron los comunistas uruguayos, encabezados por Oscar Andrade, durante la difícil hora de tantos judíos de izquierda que viven en Israel. No les voy a decir con quienes fueron solidarios. 

Lectura: Des-aparecido, Vida, obra y desaparición de Eduardo Bleier, André Fremd y Gerardo Kronfeld, Estuario, 2012. 

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