El próximo 3 de diciembre se cumplirán 71 años del fallecimiento de Lorenzo Batlle Pacheco, fiel representante de una estirpe y un pensamiento claro que aún nos guía a los batllistas.
Nacido el 4 de marzo de 1887, Lorenzo fue el hijo varón menor de José Batlle y Ordóñez y Matilde Pacheco.
Desde muy joven abrazó la carrera política junto a su padre y su hermano mayor, César, en la defensa siempre de los ideales que moldearon el país e hicieron de nosotros una sociedad moderna y justa.
Vinculado a esta casa como director, fundó en 1932 el recordado suplemento cultural de color sepia, motivo del deleite familiar de los domingos que reunía notas de plumas brillantes sobre artes, sitios y personajes, entre otros.
La salida a la calle de ese suplemento, llevó a El Día a abrir su primera planta de huecograbado en la calle Piedra Alta.
En su carrera política, fue edil entre 1923 y 1927, diputado entre 1927 y 1931, senador entre 1931 y 1933 y desde 1943 hasta 1951. Para las elecciones de 1950 acompañó como candidato a vicepresidente a César Mayo Gutiérrez por la lista 14 del Partido Colorado.
Junto a su hermano César y a otros grandes exponentes batllistas, se opuso con tenacidad al golpe de Estado de Gabriel Terra en 1933 y acompañó luego la salida democrática del Gral. Alfredo Baldomir.
Supo defender después con hidalguía la propuesta de establecer un gobierno colegiado impulsado por el gobierno de Andrés Martínez Trueba, quizás el principal legado político del pensamiento de Batlle y Ordóñez.
Hombre extremadamente culto, nada de lo político y lo social le fue ajeno y no ocultó su interés por las ciencias, la mecánica y la admiración del mar desde su casa en la rambla de Punta del Este que hoy lleva su nombre y una embarcación que él mismo construyó.
Son recordadas sus intervenciones en el Senado, por ejemplo, el 16 de febrero de 1954, cuando al criticar los subsidios y reclamar “menos dirigismo y más libertad económica”, señaló que “la protección del Estado se hace en forma demagógica, citando el ejemplo del pobre agricultor fundido, pero la realidad, señor Presidente, es que los que se enriquecen son los que tienen grandes extensiones de tierra”.
“No concibo la prosperidad en un país si no hay grandes ganancias en las empresas y la aspiración del obrero a obtener grandes jornales sacando parte de esas ganancias”, expuso el 4 de junio de 1951.
También desde ese año expresó una gran preocupación por la generación de energía eléctrica y fue principal impulsor de la construcción de lo que luego sería la represa binacional de Salto Grande, reclamando los estudios pertinentes para su concreción.
Lorenzo Batlle Pacheco se fue en medio de la derrota de la lista 14 y cuando asomaba en el país la crisis de la post guerra de Corea, con el deterioro en las condiciones de vida e incipientes conflictos sindicales, pero nos dejó un legado de ideas claras, hijas del batllismo más ortodoxo, aunque pragmáticas y posibles de llevar a cabo, sin demagogia ni preconceptos, con evidencia empírica y con políticas de Estado.
La defensa de esas ideas continúa como norte de este medio.



este es el camino para concretar el regreso del partido no al gobierno si al ejecutivo para mostrar que solo con el partido en ese lugar se dara las metas para restaurar el pais progresista de verdad y republicano,para todos