La contraofensiva de Ucrania contra las fuerzas rusas parece estar progresando lentamente mientras ambos bandos intercambian ataques en centros civiles.
El presidente del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, el general Mark Milley dijo que “Estamos brindando toda la ayuda humanamente posible, pero al final del día, los soldados ucranianos están asaltando a través de campos minados y trincheras», dijo. Y justificando la lentitud de las acciones, manifestó que “eso es parte de la naturaleza de la guerra”
Tanto Moscú como Kiev han llevado a cabo ataques en ciudades alejadas de las líneas del frente. Según fuentes ucranianas, un misil ruso Iskander fue lanzado sobre la ciudad de Pervomaisky, en la región de Kharkiv, hiriendo al menos a 43 personas, incluidos 12 niños. Moscú niega cualquier participación en el ataque. Por su parte, cinco drones ucranianos atacaron Moscú, interrumpiendo los vuelos internacionales desde el aeropuerto de Vnukovo.
El almirante Sir Tony Radakin, jefe de las fuerzas armadas británicas y aliado de Kiev, afirmó que todo va según lo planeado y afirmó que la contraofensiva «nunca fue un acto singular» pero que está logrando el objetivo de «debilitar, estirar y golpear» hasta que las líneas defensivas rusas cedan. «Rusia ha perdido casi la mitad de la capacidad combativa de su ejército. El año pasado disparó 10 millones de proyectiles de artillería, pero como máximo puede producir 1 millón de proyectiles al año. Ha perdido 2.500 tanques y como máximo puede producir 200 tanques nuevos al año», agregó