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Editor responsable: Rafael Franzini Batlle
sábado, diciembre 20, 2025

La Patria Pluriempleada

Hipótesis sobre la compatibilidad cuántica entre la ética pública y el horario extendido

Hay que reconocerlo: si José Batlle y Ordóñez viviera hoy, no necesitaría fundar un diario… le bastaría con un LinkedIn Premium.

Vivimos en la era del pluriempleo heroico. Antes, los uruguayos teníamos un trabajo y una vocación. Ahora tenemos una vocación por tener muchos trabajos. Es el nuevo deporte nacional: el maratón de compatibilidades.

El caso del doctor Danza —que preside, enseña, atiende, dirige, opina y quizá también toque el bombo murguero— no debería sorprendernos. Uruguay siempre fue un país chico: no hay suficiente gente para repartir los cargos, así que algunos se reparten entre ellos.

Yo no lo culpo. En mis tiempos, uno soñaba con tener una sola función pública. Hoy, si no tenés tres cargos y dos asesorías, te miran raro en el asado del club. “¿Solo sos funcionario?”, te preguntan con pena, como si dijeras “soy poeta”.

El pluriempleo uruguayo es una institución invisible, como la fe laica o el tupper en la heladera del ministerio. Es una forma de patriotismo: trabajar en el Estado y en la privada para que nadie se sienta excluido.

Hay quienes lo acusan de violar la Constitución. Yo creo que la está interpretando en modo cooperativa: todos trabajamos por todos, y a veces por nosotros también.

Lo que me preocupa, más que las horas que el doctor dedica a cada tarea, es la energía cívica con que lo hace. ¿Tendrá tiempo de leer el semanario? ¿De indignarse correctamente? ¿De recordar, entre un hospital y una cátedra, que hay un país esperando un turno en la mutualista?

En el fondo, Danza encarna la síntesis del Uruguay contemporáneo: un país agotado pero ocupado. La república como cowork.

Yo, que ya no tengo más que esta columna y el reloj biológico del republicanismo, lo miro con admiración. Tal vez el problema no sea que él trabaje demasiado, sino que nosotros trabajemos demasiado poco en defender el sentido común.

Porque mientras los demás discuten si el pluriempleo es ético, yo solo quiero saber cuándo empieza la licitación para conseguir otro cargo.

Y que no se malinterprete: lo mío no es envidia, es coherencia ideológica. Como buen batllista, creo en el trabajo. En todo el trabajo. En todos los trabajos.

Al final, la patria no está cansada: está en hora extra.

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