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La Metafísica como Herramienta de Pensamiento Crítico en Secundaria
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La Metafísica como Herramienta de Pensamiento Crítico en Secundaria

Observando a través del espejo retrovisor el vaivén de una ciudad que nunca se detiene,  mientras suena de fondo “Dust in the Wind” de Kansas, me sumerjo en palabras que se desdibujan a través de miradas perdidas que corren al compás de un ritmo vertiginoso que no da tregua: pantallas que parpadean desde una sociedad cansada que anhela el consuelo en medio de la fatiga. Una sociedad inmersa en la búsqueda de respuestas, en la certeza de “algún algo”, de lo trascendental como gesto de solidaridad en la exploración de lo eterno, del consuelo del pensamiento que busca la hoguera: ¿Qué sentido tiene todo, este vivir sin cesar? Se oye a lo lejos el susurro de un eco del silencio; la voz de la metafísica que nos invita a cuestionar y explorar.

La metafísica en un primer acercamiento, podemos definirla como una  rama de la filosofía que se ocupa de las cuestiones más profundas y abstractas de la realidad, por ello su importancia en el currículo educativo. Pero la metafísica es mucho más, no es solo un conjunto de ideas profundas y abstractas, sino que es una herramienta esencial para entender el mundo que nos rodea de una manera más profunda y significativa. 

Si bien la metafísica en su esencia se ocupa de explorar lo que yace más allá de lo físico y lo observable, es también la disciplina que se atreve a cuestionar la realidad misma, a desafiar las convenciones de lo que damos por sentado. En un mundo donde la tecnología y la ciencia nos han acostumbrado a respuestas concretas y medibles, la metafísica nos recuerda que las preguntas fundamentales sobre la existencia, la verdad y la realidad no pueden reducirse simplemente a números y experimentos.

La distinción entre apariencia y realidad es una preocupación central en la metafísica. ¿Qué es lo que vemos frente a nosotros, y cuál es la verdadera naturaleza de las cosas? Este dilema puede ilustrarse fácilmente en el mundo actual, donde las redes sociales y los filtros de belleza pueden distorsionar nuestra percepción de la realidad. La metafísica nos desafía a mirar más allá de las apariencias y cuestionar lo que realmente importa.

También nos lleva a explorar la noción de trascendencia, la idea de que hay algo más allá de lo material y lo finito. En un mundo dominado por el consumismo y la búsqueda constante de placeres temporales, la metafísica nos recuerda que existe una dimensión de la vida que va más allá de lo superficial y lo efímero. Nos desafía a buscar significado y propósito en un nivel más profundo.

Hoy más que nunca necesitamos la metafísica en nuestras vidas y en nuestras aulas. En un mundo que a menudo parece perderse en lo material y lo pasajero, la filosofía nos ofrece una brújula para explorar las preguntas más fundamentales de la existencia. Y, lo que es más importante, nos ayuda a comprender que la unidad metafísica en el plan de estudios de la asignatura filosofía es esencial para entender el mundo en toda su complejidad y profundidad.

Es por ello que la enseñanza de la metafísica en secundaria puede ayudar a los estudiantes a desarrollar habilidades críticas de pensamiento y a explorar preguntas fundamentales sobre la existencia, la realidad y el propósito de la vida. Además, puede proporcionarles una base sólida para abordar cuestiones éticas y morales, así como para comprender mejor las diferentes perspectivas filosóficas que han moldeado la historia de la humanidad. 

Ahora bien, la enseñanza de la metafísica no debe centrarse únicamente en teorías abstractas y conceptos complejos, sino que también debe ser accesible y relevante para los estudiantes, es decir, la metafísica puede ser aplicada a la vida cotidiana y ayudar a los jóvenes a reflexionar sobre quiénes son, cuál es su lugar en el mundo y cómo pueden contribuir de manera significativa a la sociedad. 

En un mundo en constante cambio y con desafíos cada vez más complejos, la metafísica puede proporcionar a los estudiantes las herramientas necesarias para comprender y enfrentar las incertidumbres de la vida. Les enseña a cuestionar, a explorar nuevas perspectivas y a pensar críticamente, habilidades esenciales para un desarrollo integral. 

En momentos en que la sociedad enfrenta desafíos éticos y políticos complejos, la formación filosófica a través de la metafísica puede fomentar la empatía, la tolerancia y el respeto hacia las diferencias, porque a desemejanza de otras disciplinas, la filosofía no divide, une a las personas a través del diálogo y la reflexión.

No debemos perder de vista que la filosofía, en su esencia, constituye una herramienta poderosa que nos capacita para comprender el mundo y forjar un porvenir más prometedor. El momento ha llegado para que nuestra sociedad dé un paso adelante en el marco de una reforma educativa ambiciosa, una que extienda la enseñanza de la filosofía a cada rincón de las aulas uruguayas. Desde la enseñanza primaria hasta la secundaria, debemos considerar su inclusión y expansión, ya que esta disciplina es la brújula que nos permitirá trascender las limitaciones de nuestra época, adentrarnos en las profundidades de la realidad y encontrar nuestro camino en este mundo, al mismo tiempo complejo y maravilloso.

Es mi ferviente esperanza y deseo que este llamado a la acción resuene profundamente en los corazones y mentes de aquellos que ostentan el poder de moldear la educación de las generaciones venideras en nuestra nación. La filosofía, con su capacidad para inspirar, cuestionar y propiciar transformaciones, aguarda ansiosa ser una parte integral del viaje educativo de nuestros jóvenes. Esta disciplina puede no solo inspirarlos, sino también incitarlos a desafiar las convenciones sociales y colaborar en la edificación de un mundo más equitativo y justo.

Como bien señala Carlos Vaz Ferreira: “En medio del océano para el cual no tenemos ni barca ni velas, la humanidad se ha establecido en la ciencia. La ciencia es un témpano flotante. Es sólido, dicen los hombres prácticos, dando con el pie; y en efecto, es sólido, y se afirma y se ensancha más cada día. Pero por todos sus lados se encuentra el agua; y si se ahonda bien en cualquier parte, se encuentra el agua; y se analiza cualquier trozo del témpano mismo, resulta hecho de la misma agua del océano para el cual no hay ni barca ni velas. La ciencia es metafísica solidificada”.

Así que, cuando te encuentres en una clase de filosofía en el bachillerato, en la universidad o en formación docente, no subestimes la importancia de la metafísica. Abraza con entusiasmo sus preguntas desafiantes y reflexiona sobre cómo pueden ayudarte a comprender mejor el mundo que te rodea. La metafísica no solo es una disciplina académica; es una guía para vivir una vida más plena y significativa en un mundo cada vez más desconcertante.

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