La poco original y maliciosa comparación entre lo que los judíos recibieron de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial y lo que estos le hacen a buena parte de la población musulmana sunita que reside o residió en la Tierra de Israel – Palestina, aparentemente nació en 1954 cuando el historiador inglés Arnold J. Toynebee, que no quería nada al pueblo del libro y no lo disimulaba, la expuso.
El seudo historiador que tenía raras concepciones orgánicas sobre las civilizaciones y que despreciaba a la hebrea por considerarla fosilizada, dijo que no hacía comparaciones numéricas entre cantidades millonarias y números de tres o a lo sumo cuatro cifras. En esta segunda referencia a las cifras se refería a lo que él catalogaba de masacres hacia civiles detrás de las líneas durante la guerra civil entre las milicias árabes y judías después de la partición de Palestina decretada por la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas el 29 de noviembre de 1947 y a la guerra oficial entre el estado que se autoproclamó el 14 de mayo de 1948 y los países que lo invadieron, que finalmente los judíos terminaron ganando.
De manera poco original entonces y una vez más en estos últimos 76 años, los judíos tienen que soportar que el Presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva compare, en la cumbre de la Unión Africana en Addis Abeba, capital de Etiopía, la reciente operación militar en la Franja de Gaza con el Holocausto. »Lo que le está sucediendo al pueblo palestino nunca ha sucedido en ningún otro momento de la historia. De hecho, ya sucedió: cuando Hitler decidió matar a los judíos«, afirmó.
Una parte importante del cuerpo técnico de Itamaraty no está de acuerdo con las palabras de Lula. Según le dijo un diplomático a VEJA, el Brasil parece estar viviendo una pesadilla con sus últimos dos presidentes. Cuando se estaban cicatrizando las heridas por las declaraciones del anterior Presidente Bolsonaro, qué llegó a afirmar que el Nacionalsocialismo era un movimiento de izquierda lo que fue rebatido por el Gobierno alemán, ahora la cancillería brasileña se tiene que reponer de un nuevo exabrupto nacido en su jefe de estado.
La distorsión efectuada por el petista puede colocar la credibilidad del país en jaque y llevarlo a ser un paria internacional dijo la fuente consultada por la revista. Y efectivamente la reacción de Alemania no se hizo esperar: La ministra de Asuntos Exteriores, Annalena Baerbock, rechazó las declaraciones del presidente brasileño “ El Holocausto no se puede comparar con nada», dijo la política del Partido Verde a los periodistas luego de una reunión con sus colegas de la ronda del G20 en Río de Janeiro.
La misma revista publicó que el Presidente del Supremo Tribunal Federal Brasileño, Luis Roberto Barroso, evitó comentar los dichos de Lula, aunque aclaró que cada vez que se habla del Holocausto se debe evitar la banalización. Lo que acontece en Medio Oriente es una guerra, hay que considerar que se está peleando contra un grupo terrorista. No obstante se puede tener una visión crítica de Netanyahu sin compararla a la tragedia vivida por ese mismo pueblo.
Nadav Eyal para YNET+ dijo que no hay duda de que la operación de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) en Khan Younis es quizás la más exitosa desde el comienzo de la guerra. Hamás fue sorprendido, se vio obligado a luchar, perdió a cientos de sus combatientes. Se encontró con las FDI tanto en los túneles como en la superficie.
La fortaleza de Yahya Sinwar está siendo aniquilada. Los tres líderes de Hamas –Sinwar, su hermano y Mohammed Deif– no esperaban que las FDI no volvieran a la operación militar después de la tregua anterior y liberación de rehenes a cambio de terroristas y activistas presos. Pensaban que las divisiones internas y la total desconfianza en Netanyahu disuadiría a Israel de continuar con la guerra. Tenían la esperanza de que se vería limitado por Estados Unidos y que no llegaría, por ejemplo, al oeste de Khan Younis.
El periodista Nadav Eyal habló con John Spencer, jefe de guerra urbana de West Point, la academia militar más importante de Estados Unidos. Spencer se ha convertido en una estrella mediática recientemente, y con razón: destroza los informes de investigación que aparecen con frecuencia en los medios estadounidenses, acusando a Israel, en esencia, de tener la guerra más destructiva de este siglo, la más mortífera contra civiles, y también militarmente ineficaz.
Spenser piensa todo lo contrario. «Estoy sorprendido por la capacidad de las FDI para operar en un área urbana densamente poblada. Con toda la singularidad de la fuerza a la que se enfrenta.
El desafío es el tamaño de Hamas, 30.000 combatientes, el tamaño de la zona, la guerra tridimensional en este espacio urbano, que incluye túneles, inusual para la historia de la guerra en áreas urbanizadas. Y, por supuesto, el hecho de que la población esté presente durante los combates.
Estoy muy sorprendido por el rápido ritmo de las FDI, así como por las medidas que han tomado para proteger a la población local frente a sus limitadas pérdidas totales.
Todo esto es extraordinario. Vemos que la historia militar se escribe aquí».
Spencer dice que todos los intentos internacionales de comparar los combates en Gaza con otros acontecimientos (la batalla de Mosul, la guerra de Irak, etc.) no tendrán éxito, porque la situación en Gaza es extraordinariamente complicada y diferente.
Eyal le preguntó acerca de las acusaciones contra Israel respecto al elevado número de víctimas civiles y la destrucción de la Franja de Gaza desde el punto de vista de su infraestructura y viviendas.
Respecto a la acusación de genocidio Spenser manifestó que «su opinión profesional es que la gente busca información basada en sus sentimientos u opiniones, sin experiencia en combate en zonas urbanizadas». El militar aseguró que «Lo que se lee en todo el mundo a menudo está plagado de sesgos y desinformación; ¿Tengo que comparar esto con la campaña de bombardeos en Tokio, durante la Segunda Guerra Mundial, cuando entre 80.000 y 100.000 personas murieron en una noche, y alrededor de 330.000 durante toda la operación?» Y agregó que «se espera que Israel cumpla con un estándar que no se le pide a ningún ejército, incluido el de Estados Unidos», señalando, por ejemplo, el retraso del ataque israelí para permitir la evacuación de la población. «No hicimos eso en la Segunda Guerra de Irak, en la batalla por Bagdad o Najaf. En general, tenemos que dejar de comparar Israel-Gaza con otras batallas».