Las graves inundaciones del fin de semana en Libia fueron seguidas por el colapso de las presas de la ciudad de Derna lo que empeoró la situación que es a esta altura catastrófica. Hasta el momento se reportan 5200 muertos y según los rescatistas no se han encontrado a las 10 mil personas desaparecidas.
Mientras el Consejo Municipal publicó en Facebook que «Derna está suplicando por ayuda», la Organización de las Naciones Unidas (ONU) prometió 10 millones de dólares en asistencia. El gobierno estadounidense y el presidente francés Emmanuel Macron también prometieron ayuda.
En un país dividido por el gobierno de Trípoli –reconocido internacionalmente– y una administración que rige la zona este del país, donde se ubica Derna, la ayuda desde Turquía y Emiratos Arabes está llegando Bengasi, una ciudad a 300 kilómetros de la ciudad. El gobierno de Trípoli también envió asistencia humanitaria a la zona.
Hasta el momento no existe confirmación de que la ayuda está llegando a las áreas más afectadas, y el Consejo Municipal de Derna planteó la utilización de una ruta segura que permita la llegada de la asistencia.
El presidente Biden dijo que Estados Unidos enviará fondos de emergencia a organizaciones de ayuda y coordinará con la ONU y las autoridades libias. Emmanuel Macron, líder de Francia, también anunció ayuda financiera y de otro tipo para las organizaciones que trabajan en Libia.
La emergencia se enmarca en el cambio climático, al cual se aducen otros catástrofes este año, como los incendios en Canadá y Grecia o el huracán que agravó los fuegos en Hawai. Los científicos sostienen que Daniel, el ciclón que provocó las inundaciones y posterior colapso de las represas aumentó su poder destructor por el cambio climático, sugiriendo si bien ahora los ciclones mediterráneos son menos comunes, su intensidad ha aumentado.
Además, los expertos han notado que las circunstancias políticas del país agravan la situación: «Libia no está preparada para manejar los efectos del cambio climático y las condiciones climáticas extremas», dijo Malak Altaeb, una experta en medio ambiente.
De acuerdo a los científicos las zonas costeras incrementan su vulnerabilidad a medida que se incrementan los niveles del mar, mientras que las áreas secas son afectadas en la medida que no pueden absorber la cantidad de agua provocada por lluvias intensas. «Esto va a suceder cada vez más a medida que el clima se calienta», dijo Matthew Brubacher, un experto en el cambio climático en Libia. «Todo se está desmoronando».
Los expertos también notaron que el gobierno del este no tenía planes para la evacuación de residentes ni para el cuidado de las represas desmoronadas. Con relación a la escasez de recursos de la administración, señalaron que en la última década no hubo inversión en la infraestructura del país.
La administración del este del país, liderada por Osama Hamad, declaró a la zona de «desastre». El lunes el líder dijo que «barrios enteros han sido arrasados por el mar y barrios enteros han desaparecido con sus habitantes», durante una entrevista telefónica con el canal de televisión libio al-Masar.
La autoridades de Tripoli no publicaron cifras de fatalidades, pero celebraron una reunión de emergencia el lunes y aseguraron que habían enviado ambulancias, convoyes de rescate y médicos a la zona.