Este jueves por la noche el Sindicato de Trabajadores de la Industria Automovilística de Estados Unidos ((UWA, por su sigla en inglés) anunció el inicio de una huelga que afectará por primera vez afectará simultaneamente a los tres principales fabricantes del país, General Motors, Ford y Stellantis (propietaria de Chrysler). La medida se hará efectiva en tres estados en tres diferentes plantas productoras.
La huelga se concreta al expirar el 14 de setiembre a las 23:59 el contrato que rige las relaciones laborales entre entre el gremio y las productoras de automóviles sin que las negociaciones hayan logrado establecer un nuevo convenio.
El presidente del gremio, Shawn Fain dijo a través de las redes sociales que la huelga se llevará a cabo usando una nueva estrategia consistente en llamar a huelga en lugares predeterminados. Se espera que aún cuando la paralización de las labores se lleve a cabo en una planta de cada fabricante, el resultado impactará la producción de otros establecimientos y afectando la economía de las ciudades en que éstos se asientan.
Además, si bien la huelga se limita a determinadas factorías, la medida afectará la producción de los modelos que representan las mayores ganancias para los fabricantes. Los operarios de las líneas de ensamblaje y de pintura de la planta de General Motors en Missouri, que produce el GMC Colorado, los del establecimiento de Stellantis en Ohio, que fabrica el Jeep Wrangler, y los del complejo de Ford en Michigan donde se produce el sport utilitario Bronco y la Pick up Ranger serían los únicos que detendrán las operaciones, de acuerdo al plan sindical.
Lo trabajadores aspiran a incrementos similares a los registrados para los cargos directivos durante los últimos cuatro años, que aumentaron hasta un 40%. El sindicato también ha pedido ajustes por inflación, menos horas de trabajo por semana y mejoras en el seguro de salud, además de una nueva escala salarial que actualmente se inicia en los 17 dólares la hora hasta llegar a 32 luego de 8 años de trabajo.
La jefa ejecutiva de General Motors Mary Barra manifestó que el contrato ofrecido por su compañía contempla las principales preocupaciones sindicales, esto es, el incremento salarial, y la seguridad y estabilidad laboral de largo pazo. Además, dio a entender que las demandas del sindicato ponen en peligro la reconversión de la industria a automotores eléctricos.
Hasta ahora los fabricantes han accedido parcialmente a los cambios en la escala salarial, pero se han negado a las otras demandas, en un marco de negociación pautado por las altas ganancias de las tres compañías automovilísticas, cuyos tres jefes ejecutivos, según lo ha remarcado el líder sindical Fain, han tenido ingresos entre 21 y 29 millones de dólares en 2022.
Voceros del Poder Ejecutivo dijeron este jueves que el presidente Joe Biden tuvo contacto con Fain, así como con los líderes empresariales, instándolos a que continúen las negociaciones para que los trabajadores logren un contrato justo.