El hijo del presidente estadounidense Joe Biden, Hunter, fue imputado este jueves por nueve cargos de la ley federal de Estados Unidos, incluyendo la falta de presentación y pago de impuestos; evasión de evaluación; y declaración de impuestos falsa o fraudulenta.
En agosto de 2024, luego de haber negociado un pacto con la justicia estadounidense que estuvo a punto de concretarse, el Fiscal General Merrick B. Garland designó a David Weiss como fiscal especial para continuar investigando a Biden hijo.
Weiss, que fue nombrado en su cargo por Donald Trump, investigó a Hunter Biden en Delaware, en Washington DC y en Los Ángeles y su equipo anunció que el hijo del presidente «participó en un esquema de cuatro años para no pagar al menos $1.4 millones» en impuestos. De acuerdo al comunicado de prensa anunciando los cargos contra Biden, el Departamento de Justicia estableció que el imputado podría enfrentar un máximo de 17 años de prisión si es condenado.
Mientras que algunos medios estadounidense señalaron que en el período considerado por el Departamento de Justicia Hunter Biden estaba lidiando con su adicción a las drogas, la acusación afirmó que el hijo del presidente «gastó millones de dólares en un estilo de vida extravagante en lugar de pagar sus facturas de impuestos».
El abogado de Hunter dijo en un comunicado que «basado en los hechos y la ley, si el apellido de Hunter no fuera Biden, los cargos en Delaware y ahora en California no se habrían presentado».