Con la caída de Mohamed Bazoum tras un golpe de estado en Niger, desaparece el último mandatario civil que quedaba en la región africana del Sahel, donde todos los cinco presidentes son militares y en tres de sus cinco países es una junta golpista que la gobierna.
El único presidente electo democráticamente en la región es Ghazouani y Ould Ghazouani, un político y ex-general que inició su mandato el 1º de agosto de 2019.
Con el derrocamiento de Bazoum se suma a las juntas militares de Mali y Burkina Faso que llegaron al poder en 2021 y 2022, respectivamente, la nueva junta de Níger que tomó el poder luego deponer al presidente.
En Chad gobierna desde 2021 el general Mahamat Idriss Déby Itn, hijo del presidente que dirigió el país con mano de hierro desde 1991.
La caída de Bazoum supone para Occidente la pérdida de un estrecho aliado que desde su asunción al poder en 2021 se mostró abierto a la colaboración con Europa, especialmente con Francia, su ex colonizadora.