El gobierno de Finlandia anunció que volverá a cerrar su frontera con Rusia luego de acusar al gobierno ruso de incentivar el pasaje de inmigrantes africanos y del Medio Oriente, para desestabilizar el país. Ambos paises mantienen una tensa relación diplomática luego que Rusia invadiera Ucrania y el país escandinavo se asociara a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) poco después del inicio de la guerra.
Los problemas en la frontera entre los dos países se arrastra desde noviembre, cuando el gobierno finalndés comenzó a cerrar tramos de su frontera con Rusia indicando que desde Moscú se estaba promoviendo el ingreso de inmigranes a Finlandia como una forma de colapsar el sistema de recepción de extranjeros en busca de asilo en el país, que ya se encuentra saturado, y de generar fricción social.
El anuncio del gobierno nórdico siguió a la decisión de reabrir uno de los puntos de entrada que habían sido clausurados. La ministro del Interior, Mari Rantanen, indicó que apenas se reabrió la frontera «la entrada ilegal en la frontera finlandesa se reanudó inmediatamente» y que «era imperativo que se cierre la frontera del este».
La medida de cierre se hará efectiva este viernes y permanecerá en efecto hasta el 14 de enero.
De acuerdo a las encuestas de opinión publica la ciudadanía finlandesa apoya la decisión del gobierno de centro derecha, aunque desde la oposición se ha notado que las autoridades están incumpliendo con las disposiciones del derecho internacional al no dar protección a los inmigrantes. La autoridad fronteriza de la Union Europea, Frontex, ha apoyado al gobierno finlandés a mantener la seguridad de la frontera la cual, destacaron sus autoridades, son un tema de preocupación europea.
Si bien desde el Kremlin se han negado las acusaciones finlandesas, desde Polonia y otros países bálticos se ha hecho notar que Bielorrusia, aliada de Putín en la guerra de Ucrania, también ha promovido el tgránsito de migrantes como una forma de ataque político.