Luego de tener que cerrar sus puertas hace tres semanas, este jueves la Embajada de Estados Unidos en Haití advirtió a sus ciudadanos que dejen la isla «tan pronto como sea posible» debido a la crisis político social que impera en el territorio. La embajada alentó a aquellos que no puedan evacuar rápidamente a «tener extrema precaución al viajar por el país» y «evitar manifestaciones y grandes concentraciones de personas».
Los estadounidenses habían comenzado la evacuación el mes pasado, cuando la embajada dispuso el traslado del personal gubernamental no esencial y de los familiares de los diplomáticos. Haití ha experimentado niveles de violencia sin precedentes en los años posteriores al asesinato del presidente Jovenel Moïse en 2021, en donde bandas armadas tomaron el control de gran parte del país.
En tanto los haitianos están tratando de organizar grupos de autodefensa, el primer ministro en funciones, Ariel Henry, pidió colaboración para controlar la crisis a los organismos internacionales. La Organización de Naciones Unidas (ONU) estima que más de 200,000 personas han sido desplazadas por la agitación política y que aproximadamente 5.2 millones de personas en la isla necesitan ayuda humanitaria.
Mientras concreta medidas para que los ciudadanos abandonen Haití, Estados Unidos deportó el jueves a 60 haitianos, a quienes se les negó la entrada al país . El vuelo despegó pocas horas después del anuncio de evacuación de la embajada. «Esas dos cosas no pueden ocurrir al mismo tiempo. No se puede estar evacuando personas y deportando personas al mismo tiempo. Eso va más allá de ser inhumano. Es definitivamente una violación de los derechos humanos», dijo Guerline Jozef, directora ejecutiva de la Haitian Bridge Alliance.