En 1889, nace en Bucarest (Rumania) Jacobo Levy. Hijo de una familia sefaradí, toma el segundo nombre de su padre, como su apellido. Será conocido en todo el mundo como Jacobo Levy Moreno. Si bien fue a escuela religiosa su formación en la casa era bastante ecléctica. Su madre había sido criada en un convento de monjas católicas y algunos de sus tíos en Turquía se convirtieron al islam. Él se interesó por todas las religiones, la filosofía y por la literatura desde muy joven. Estudió medicina en la Universidad de Viena y ejerció en Europa en su consultorio particular y en un campo de refugiados en Mitterndorf (Austria). Allí fue donde se desarrolló su pasión por las relaciones humanas y es así que surgió la Sociometría.
En 1925 viaja a USA para radicarse definitivamente en N. Y. donde tuvo su propia clínica psiquiátrica. Tenía un enfoque muy innovador para su época y lo es aún pasados ya 100 años. Su método establece una base teórica que parte de su cosmovisión. Tiene sus propias técnicas vinculadas al teatro y su propia visión de la psiquiatría.
El define el Psicodrama como “una forma de sondear el alma a través de la acción”. Decía que así como las otras corrientes existentes en la época (como el psicoanálisis) provenían de la medicina, el psicodrama en cambio, provenía de la religión, aunque esto no le hace perder rigor científico como se podría pensar. El Psicodrama es más amplio porque parte del estudio social de los vínculos humanos sin descuidar la historia personal. Su práctica se llevó a cabo en distintos lugares antes de establecerse en Beacon, N.Y — desde los jardines de Viena hasta los teatros neoyorkinos. Pero siempre trabajó con grupos y consideró que cada uno tenía su vida propia. Desde esta perspectiva seguimos trabajando hoy sus seguidores. La efectividad en los resultados clínicos es mayor en grupo, lo cual aumenta la eficacia del proceso para cada integrante.
La base del tratamiento consiste en llevar el conflicto personal al escenario, recrearlo descubriendo nuevas soluciones con el apoyo del grupo y las técnicas apropiadas y volver a la vida cotidiana con la posibilidad de resolver creativamente dichos conflictos.
Reconocidos psiquiatras de varios países fueron a Beacon a estudiar este método con Levy Moreno para luego difundirlo en sus respectivos países. El entrenamiento era muy exigente ya que cada uno tenía que trabajar desde sus propios conflictos. De esta manera se siguen formando hoy los profesionales en nuestro país y en el mundo.
Un aspecto interesante del método es que acuña diferentes conceptos que fueron muy innovadores para su época. La espontaneidad, es para él un elemento de valoración diagnóstica; entendiendo por espontaneidad la respuesta creativa a una situación nueva o la respuesta nueva a una situación vieja.
Otro campo de influencia ha sido el área educativa. Estando en Brooklyn planteó novedosos programas educativos para escuelas primarias basados justamente en el desarrollo de la espontaneidad y la creatividad en los niños para potenciar sus recursos intelectuales. Tenía por finalidad que cada uno alcanzara su propio potencial, lo cual era demasiado revolucionario para la época y el lugar. Sin embargo, fue una interesante influencia para el brasilero Paulo Freire.
Algunas de sus técnicas son “tomadas” por otras corrientes, a veces sin saberlo, como es el caso del Role Playing, el Cambio de Roles, la Maximización, la Concretización, etc.
“El hombre que llevó la alegría y la risa a la psiquiatría” se lee en su lápida, de acuerdo a su deseo cuando falleció en 1974.