El emprendedurismo se vio siempre con recelo en Uruguay por motivos diversos que hacen a la idiosincrasia de nuestra sociedad, en un aspecto negativo, limitante del éxito personal y en definitiva del desarrollo del paísu. Una visión que lentamente comienza a cambiar, no sólo con guías y apoyos institucionales a nivel oficial y privado, sino hasta en la matriz de la transformación educativa en marcha.
En el marco de la reforma de la educación, el CODICEN definió recientemente una nueva malla curricular que incluye al emprendedurismo como nueva materia para el primer año de bachillerato, una iniciativa que ya comenzaba a estudiarse dentro de las propuestas programáticas del Partido Colorado desde 2013.
Las clases de emprendedurismo, que serán dictadas por docentes de contabilidad, administración y economía, apuntan en sus contenidos a una “introducción a los negocios”, lo que resulta en una herramienta por demás útil para aquellos adolescentes que buscan un camino independiente como futuros empresarios.
Además, dichos contenidos, impartidos desde temprana edad en los centros educativos pueden ayudar en buena medida a que los uruguayos del futuro cambien esa visión negativa existente en el país sobre quienes emprenden y en definitiva a mirar con otros cristales el éxito y el desarrollo personal, en un mundo del trabajo de por sí difícil para los jóvenes, un segmento que alcanza altos índices de desempleo.
No obstante, la vocación por emprender no debe ser entendida, por los jóvenes y la sociedad en general, como la puerta de entrada a la competencia descarnada y a la búsqueda de una posición económica encumbrada a cualquier precio, al tiempo que siempre se debe poner énfasis en la responsabilidad social empresarial y el desarrollo y bienestar que la empresa, el empresario o un producto pueden aportar a una comunidad.
Emprender es una decisión difícil, para la que se deben evaluar múltiples factores como el tipo de emprendimiento, de producto, de potencial consumo y alcance, el precio, la llegada a los clientes, como administrar ese negocio y hasta si es viable la exportación.
Uno de los primeros elementos a tener en cuenta a la hora de lanzar un producto, una marca o un servicio, es preguntarse si hay una necesidad en el mercado para que el mismo se consuma.
El producto o servicio es lo primero que se define y lo que suele estar más desarrollado. Lo importante es definirlo con herramientas más objetivas que el propio deseo o la intuición. Analizar los recursos necesarios (materiales y humanos), definir el público al que se apunta, pensar en sus necesidades, determinar nuestro diferencial y el valor agregado, estudiar a la competencia y entender cómo se comporta el mercado son algunas de las cuestiones a tener en cuenta.
Al elegir el producto o servicio que se va a lanzar, es necesario definir las cualidades de ese producto, por ejemplo en cuanto a calidad y el envase y si es un servicio, las condiciones básicas que definirán al mismo. También es fundamental el precio, a los efectos de competir con otros similares ya existentes y contar con una buena cadena de distribución.
Luego de elegido el tipo de producto o servicio a lanzar, es necesario definir una marca. En Uruguay existen 91.650 marcas registradas y en 2022 se solicitó el registro de 2.000 nuevas.
Los nombres de un producto tienen que ser fáciles de recordar, de pronunciar y de escribir, por lo que lo más recomendable es que sea corto y simple, además de pensado a largo plazo, para luego cambiar lo menos posible esa marca.
Una vez que se tiene elegida la marca, el logo y el envase, el foco debe centrarse en las ventas, lo que es el elemento decisivo para que el producto o servicio funcione.
Muchas veces, enfrascados en su pasión por el producto o servicio, los emprendedores no prestan la debida atención a la parte comercial. Pensar estrategias comerciales, definir cómo se va a vender, quien lo va a hacer y cómo se van a enterar los clientes son algunas tareas que no se pueden dejar de lado.
Tras el lanzamiento de un producto y al definir sus canales de ventas, es fundamental el acceso a su difusión por Internet, dado que hoy en día, el 64% de la población mundial está conectada a Internet y 60% participa de las redes sociales.
Por este motivo es fundamental transformar digitalmente los negocios y más importante aún es adaptarse a los cambios y adelantarse a las nuevas tendencias.
Es preciso tener en cuenta que en Uruguay, 91% de los hogares tiene conexión a Internet y que las compras online crecieron hasta 62% entre 2019 y 2022, 69% en Montevideo y 57% en el interior, por lo que es imprescindible que el producto se pueda vender de forma digital y con una buena distribución posterior.
Para muchos emprendedores, la administración del negocio es la parte aburrida y más difícil por lo que, casualmente, es la más abandonada. Sin embargo, es extremadamente difícil tener éxito sin tener claro los números que harán, o no, sustentable el emprendimiento.
Para hacer más fácil la administración de un emprendimiento, el Programa Sembrando, de Presidencia de la República, es una iniciativa que ofrece a emprendedores de todo el país herramientas para administrar de manera eficiente sus negocios.
“Sembrando – Administra tu emprendimiento” cuenta con una carga horaria total de 20 horas, las cuales son repartidas en clases de dos horas, una vez por semana, dictadas de manera sincrónica por la plataforma Zoom.
El curso está dividido en 10 temáticas que engloban los conocimientos necesarios para administrar y organizar un emprendimiento de cualquier rubro: Organización del Trabajo, Inserción del emprendedor en el mundo empresarial, Atención al cliente, Armado de Proyecto, Introducción a la Administración, Administración, Nociones de Sistema Tributario, Contabilidad, Análisis de desvíos, y Tratamiento de la cuenta mercaderías.
Un tema no menor en el desarrollo de un negocio es decidir si apuntar a las ventas fuera de fronteras, donde desde el aspecto positivo hay que tener en cuenta que cualquier empresa puede exportar y que vender al exterior hace crecer la compañía y amplía los mercados. Para ello hay que definir dónde se puede insertar el producto, cuál es el precio de venta al exterior descontados los gastos como aranceles del país comprador, precio del flete y de los seguros y definir cuáles son los clientes.
Los micro y pequeños empresarios pueden allanar su camino a la exportación, siempre y cuando sea por cifras inferiores a los USD 2.000, mediante el acceso a Tu Exporta, un programa del Instituto Uruguay XXI que propone un régimen simplificado de exportaciones de bienes que facilita el proceso aduanero, con una exoneración total de los tributos y gravámenes aplicables. La totalidad de los trámites se hará en línea, a través de la Ventanilla Unica de Comercio Exterior (VUCE).
También es fundamental para el emprendedor, sea que esté en proceso de lanzamiento de un producto o en la etapa inmediata a su nacimiento, el acceso a un crédito que se adecúe a sus posibilidades. Siempre es recomendable ir al banco antes de necesitarlo, es decir, no dejar que la situación financiera de la empresa no sea la mejor o que por no solicitar el crédito, el producto no pueda desarrollarse.
El Banco República junto al programa Sembrando, tiene un crédito Express pensado especialmente para emprendedores. Si la empresa tiene un año o más de antigüedad y está al día con las obligaciones, se puede obtener un préstamo de libre disponibilidad y sin necesidad de contar con garantía.
Se puede solicitar hasta 200.000 pesos a tasa fija de 13,50% y en un plazo de hasta 48 horas con seis meses de gracia para empezar a pagar. Junto con el préstamo se podrá abrir una cuenta para que se pueda administrar la empresa.
Según el INE, en el segundo trimestre había 148.500 microempresas, 21.000 empresas pequeñas, casi 5.000 medianas y 850 empresas grandes. En ese sentido, en Uruguay el 97% de las empresas son micro o pequeñas de acuerdo a esta clasificación.