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Economía: avances en 2023 y desafíos para 2024
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La baja de la inflación a un guarismo dentro del rango meta por primera vez en siete años, el menor desempleo desde la prepandemia y la recuperación del salario real -aún en medio de un bajo crecimiento económico anémico y la mayor sequía de la historia-, fueron algunos de los principales logros del gobierno en 2023, aunque tiene para este 2024 el desafío de mantener y mejorar estos indicadores, así como apuntar a una reducción del atraso cambiario.

El Indice de Precios al Consumo (IPC) aumentó 5,11% en 2023, con una desaceleración de 0,11% en diciembre, lo que ubica a la suba de precios dentro del rango meta de entre 3% y 6%, por primera vez desde 2017, gracias al resultado de una política monetaria contractiva de tasas elevadas de interés en pesos que bajaron luego gradualmente, pero llevaron como factor negativo a una caída del dólar y a la continuidad del atraso cambiario.

La baja de inflación permitió que el salario real creciera 3,7% en el período enero-noviembre de 2023 con respecto a igual período de 2022 y alcanzara los niveles de 2019, previo a la pandemia, debido a aumentos salariales por encima del incremento de los precios.

Por otro lado, la economía uruguaya creó 41.000 puestos de trabajo en 2023 y el desempleo cayó a 7,8% en diciembre, frente a 8,3% en noviembre, con un desempleo de 6,5% en Montevideo y 8,6% en el interior, a pesar de factores adversos como la sequía –que generó pérdidas para el agro por unos USD 1.800 millones- y la diferencia cambiaria con Argentina. El desempleo promedio había sido de 8,9% en 2019, último año de gobierno del Frente Amplio y de 8,3% en 2018.

El Producto Interno Bruto (PIB) aumentó 1% en el tercer trimestre de 2023 frente al trimestre inmediato anterior, mientras que cayó 0,2% con respecto a igual trimestre de 2022, principalmente por las mermas en generación de energía y en la actividad de la construcción.

Mientras tanto, el déficit fiscal cayó a 3% en los 12 meses finalizados en diciembre, frente a 3,7% en el año móvil finalizado en noviembre. Los ingresos del gobierno central-BPS fueron 25,6% del PIB en 2023, disminuyendo 0,5% del PIB respecto a 2022, mientras que los gastos se ubicaron en 26,4% del PIB el año pasado, una baja de 0,5% del PIB respecto a 2022.

Cabe precisar que la recaudación de la Dirección General Impositiva (DGI) cayó 1,3% en términos reales en 2023 frente a 2022, alcanzándose un total equivalente a USD 15.730,8 millones, con el IVA como principal impuesto, por un total de USD 7.372,2 millones, seguido por Impuesto a la Renta de las Personas Físicas (IRPF) en sus categorías rentas al capital y al trabajo) por USD 2.355,5 millones.

Con los números de 2023 a la vista, que son positivos en muchos aspectos, el gobierno, en año electoral, deberá fijar como prioridad afianzar esos indicadores y avanzar en la consolidación de los mismos.

El primero de los desafíos será mantener la inflación a raya, en lo posible más cerca del 5% que del 6%, de modo que los aumentos a los trabajadores otorgados en los Consejos de Salarios permitan este año una nueva recuperación del salario real y del poder adquisitivo de las jubilaciones.

Como otro desafío aparece continuar con la reducción del desempleo, al menos en algunas décimas, en momentos en que cae la demanda de personal, especialmente en los sectores vinculados a la tecnología y con la incertidumbre del impacto de las medidas de Argentina sobre el comercio de frontera y el turismo receptivo.

En el sector industrial, se espera para 2024 una caída en el empleo de 0,5% y un aumento del salario real de 2%, según informó a El Día el asesor de la Cámara de Industrias del Uruguay, Sebastián Pérez.

Por último, la creación de empleo también estará estrechamente vinculada al sector externo, para lo cual es necesario revertir un atraso cambiario cercano a 25%, que resta competitividad al sector exportador, a la industria que compite con los bienes importados y al turismo receptivo.

Pérez dijo que “estimamos que la brecha cambiaria se irá abatiendo, pero muy lentamente, salvo que ocurran fenómenos excepcionales en el escenario internacional que fortalezcan al dólar, imposible de prever”.

Los agentes económicos encuestados por el Banco Central del Uruguay (BCU) prevén como media para 2024 un crecimiento de 3,2%, una inflación de 6,05% y un dólar a 41,40 pesos para fin de año.

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