Una resistencia masiva de vecinos, organizaciones ambientales y científicos, junto a una “bajada de pulgar” por parte del intendente de Maldonado, Enrique Antía, amenazan con hacer naufragar el proyecto que prevé la construcción de 29 edificios en Punta Ballena, una iniciativa que se considera “destructiva” para un entorno natural que es ícono turístico y cultural del país.
El ministro de Ambiente, Robert Bouvier, informó el viernes que la cartera accedió a extender por 10 días hábiles el plazo de la puesta de manifiesto, -una instancia en la que los inversores, los vecinos y las entidades involucradas puedan exponer su punto de vista sobre el proyecto- tras la presentación de unas 4.000 firmas.
El proyecto para la construcción las edificaciones, con 320 apartamentos, disparó la alarma de los vecinos y organizaciones ambientalistas, que en una reunión inicial de 300 personas, decidieron emprender diversas acciones contra la iniciativa y ya se cuentan por miles quienes participan de las actividades los fines de semana para manifestarse contra las obras, relató a El Día Nicolás Chacón, representante de la Red Unión de la Costa.
“Se toca un ícono de todos, que está en el imaginario colectivo y la gente responde”, apuntó Chacón, quien agregó que a los efectos de frenar la iniciativa, a la que calificó de “destructiva”, “se fueron generando equipos de trabajo que hoy vienen funcionando muy bien en toda la fundamentación”.
El activista señaló que el impacto del proyecto “es tremendo desde el punto de vista ambiental y sociocultural” y precisó que las obras emplearán explosivos para afincar los cimientos de los edificios, lo que amenaza con la extinción de dos especies vegetales.
Además, indicó que desde el punto de vista geológico se atenta contra una sierra rocosa que “tiene que ver con el propio planeta y su formación”.
Recordó también los efectos negativos sobre la visual del lugar, la afectación en el uso de los espacios y hasta en el turismo, en lo que refiere no sólo en la llegada de visitantes de todo el mundo, sino también en la posibilidad de contemplar cielos estrellados, visibles gracias a la baja iluminación de ese punto a diferencia de otros en Maldonado.
Por último, comentó que la extensión del plazo por parte del Ministerio de Ambiente, “es una señal de que por lo menos esto se está tomando de forma diferente a la que se tomaron otros casos en el pasado en la misma situación, en la primera línea de costa”.
El viernes, mediante una carta pública, 81 investigadores expresaron su “profunda preocupación” por el proyecto y señalaron que “esta urbanización involucra grandes modificaciones físicas y estructurales del área, incluyendo importantes excavaciones para basamento, e infraestructuras sanitarias de grandes dimensiones”.
En ese sentido, indicaron que Punta Ballena “se caracteriza por poseer un gran número de especies nativas vegetales y animales, las cuales en algunos casos son de distribución geográfica muy limitada en inclusive endémicas” y representa uno de los últimos relictos de vegetación costera autónoma, ambiente sumamente amenazado y en disminución en nuestro país como consecuencia de la forestación y principalmente el avance de la urbanización”.
“Más allá de los impactos ambientales y paisajísticos previstos, se estima también un impacto social por el ingreso de tránsito frecuente de 1.300 personas más, en un área relativamente reducida”, agregó el texto.
El intendente de Maldonado, Enrique Antía, aclaró el jueves a medios de prensa que en la comuna “no hay ningún proyecto presentado ni documentación” sobre el proyecto.
Comentó que “el tema está en el Ministerio de Ambiente y son ellos los que tienen que laudar”, al tiempo que subrayó que a su juicio “es demasiado” construir 29 edificios en esa zona del departamento.
“Hay propiedad privada, pero 29 edificios son muchos. Deberíamos defender a muerte Punta Ballena para que no haya nada”, concluyó el jefe comunal.
Si el proyecto recibe la aprobación de Ambiente, pasará a estudio de la Intendencia y en caso contrario no se podrá llevar adelante.
Desde el punto de vista inmobiliario, fuentes del sector indicaron a El Día que dudan acerca del éxito que puede tener la colocación de unidades de alto valor en Punta Ballena, en momentos en que no hay suficientes inversores en propiedades en este segmento y además buena parte de algunas torres de construcción reciente en Punta del Este están vacías.
Los sucesores de Antonio Lussich, quien en 1896 compró 1.800 hectáreas en la zona, iniciaron acciones judiciales contra la Intendencia en 1995 solicitando la restitución de terrenos de su propiedad en manos de la comuna, la que tras casi nueve años de litigio perdió en primera y en segunda instancia.
En 2007 se alambraron los predios y en 2014 se llegó a un acuerdo –firmado por el jefe comunal Oscar De los Santos- entre los propietarios y la comuna para establecer las áreas privadas y públicas de la punta, entre estas últimas la ruta panorámica y el mirador.
El acuerdo de 2014 fue complementado en 2016 con otro a los efectos de establecer parámetros de metros cuadrados de construcción, el que fue firmado por Antía.
En 2017, la Junta Departamental de Maldonado aprobó los acuerdos de 2014 y 2016 por unanimidad. Hoy, de acuerdo a lo que señalaron a El Día algunos ediles, un importante número de curules de todas las bancadas se oponen al proyecto.
Además de las firmas presentadas ante Ambiente, otras 36.000 rúbricas se llevan recolectadas en el sitio Change.org, a los efectos de solicitar a las autoridades la expropiación de las tierras afectadas, lo que según entendidos supondría una erogación aproximada a los 100 millones de dólares.