El presidente de Estados Unidos, Joe Biden recibirá este viernes, al presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, y al primer ministro japonés, Fumio Kishida, en su residencia presidencial de verano en Camp David, Maryland. Los aliados discutirán los temas de la política regional asiática más notorios, como el programa nuclear de Corea del Norte y el creciente poder diplomático de Beijing. Es la primera vez que los tres países realizan una reunión especial para una cumbre, algo que generalmente hacen en reuniones laterales durante encuentros multilaterales.
Yoon afirmó que la reunión «marcará un nuevo hito en la cooperación trilateral» y se refirió a los esfuerzos por mantener la paz en la península coreana y en la región del Indo-Pacífico. Por su parte el secretario de Estado estadounidense, Anthony Blinken, compartió los los objetivos de la reunión y señaló que se esperan resultados diplomáticos efectivos: «Verán algunas medidas muy concretas que estamos tomando para mejorar nuestra capacidad de proporcionar seguridad en tres países y, de manera más amplia, seguridad en la región del Indo-Pacífico».
Corea del Sur y Japón son militarmente cruciales para Estados Unidos en la región del Pacífico; en estos dos países se sitúan la misma cantidad que los soldados estadounidenses presentes en toda Europa, que es actualmente un escenario de guerra.
La cumbre seguramente se verá con preocupación en Corea del Norte que considera que las maniobras militares conjuntas entre Estados Unidos y Corea del Sur en sus costas son una provocación. Y fue objeto de críticas por China, donde el portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores, Wang Wenb manifestó el martes que el gigante asiático se opone «a que países relevantes formen varios grupos y practiquen la exacerbación de la confrontación y pongan en peligro la seguridad estratégica de otros países». «Esperamos que los países involucrados sigan la tendencia de la época y hagan algo que contribuya a la paz, estabilidad y prosperidad regional».