La embajada de Estados Unidos en Haiti tuvo que cerrar temporalmente este martes debido a la escalada de violencia en, Port-au-Prince, la capital del país. La situación en Haiti ha alcanzado niveles alarmantes debido a la creciente ola de violencia de pandillas, en gran parte desencadenada por el asesinato del ex presidente Jovenel Moise en 2021.
La embajada estadounidense informó que las áreas cercanas a sus instalaciones podrían verse «afectadas debido a los continuas ráfagas de disparos». Esta declaración se da en medio de un ambiente de agitación y caos, donde los enfrentamientos armados y la inseguridad generalizada se han vuelto una constante en la vida de los haitianos.
Los primeros tres meses de 2023 han sido especialmente devastadores para Haití, con más de 1.600 personas reportadas como asesinadas, heridas o secuestradas. La falta de estabilidad gubernamental tras el colapso del gobierno ha dado rienda suelta a las pandillas, que operan sin restricciones en varias partes del país. La Organizacion de Naciones Unidas (ONU) estima que alrededor de 5,2 millones de haitianos requieren asistencia humanitaria urgente para sobrevivir.
El lunes, miles de manifestantes recorrieron las calles de Port-au-Prince exigiendo al gobierno medidas contundentes contra la violencia de pandillas. Sin embargo, la protesta fue sofocada por la policía, que utilizó gases lacrimógenos para dispersar a la multitud. Ante la falta de eficacia de las fuerzas del orden –la Policía no cuenta con más de 10 mil efectivos en un país de 12 millones, y el ejército fue desmantelado en los sucesivos golpes de estado– la población haitiana ha comenzado a tomar medidas por sí misma. Se ha formado un movimiento que busca identificar y atacar a presuntos miembros de pandillas, ya que la confianza en sus propias fuerzas de seguridad y en la comunidad internacional se ha erosionado.
A principios de año el primer ministro haitiano Ariel Henry pidió apoyo a la ONU para enfrentar la crisis de violencia y hasta ahora sólo tuvo la respuesta positiva de Kenia, que ofreció enviar mil policías para entrenamiento y asistencia en el restablecimiento del orden en la isla. La idea que fue bien recibida por Estados Unidos, Canadá y el Secretario General de ONU, Antonio Guterres, pero puesta en entredicho por Human Rights Watch, dado el récord controvertido de la policía keniana respecto a los derechos humanos. Oficiales de la policía de Kenia ya anunciaron que en la s próximas semanas se hará una visita de evaluación a la isla caribeña.