Los exportadores uruguayos recibieron con beneplácito el proyecto de Ley que presentaron esta semana tres senadores de Estados Unidos –dos demócratas y uno republicano- para posibilitar el ingreso de productos locales sin aranceles a ese país, junto a la exoneración de visas en principio para empresarios, iniciativas que coincidieron con un encuentro el martes del presidente Luis Lacalle Pou con su par Joe Biden.
La Secretaria Ejecutiva de la Asociación de Exportadores del Uruguay, Teresa Aishemberg, dijo a El Día que la iniciativa es “muy positiva, tanto en acceso a mercados como en facilitación de los negocios”.
Aishemberg señaló que “todos los esfuerzos que haga el país para posibilitar una baja de aranceles, son bienvenidos” y agregó que esta propuesta legislativa de Estados Unidos contribuye a construir un tipo de acuerdo para darle a los exportadores la posibilidad de que sean más competitivos”.
Recordó que “los exportadores uruguayos pagamos muchos aranceles y todo lo que sirva para bajar esas tasas es bienvenido”. Uruguay paga un total de USD 485 millones anuales para ingresar sus productos a diferentes mercados, de los cuales USD 36 millones a Estados Unidos, con una tasa promedio de 6,2 por ciento.
Estados Unidos fue el cuarto país de destino de las exportaciones uruguayas en 2022, por aproximadamente USD 784 millones, 5% del total incluyendo las exportaciones desde las zonas francas.
Entre los principales productos que Uruguay le vende a Estados Unidos se encuentran la carne y subproductos, madera, celulosa, cítricos, queso, aparatos de uso médico, miel, oleaginosos, aceites esenciales, productos de la pesca, vinos y amatistas. La carne y los quesos quedan exceptuados del proyecto de Ley, al acceder actualmente con cupos al mercado estadounidense.
El programa propuesto por los senadores demócratas Robert Menéndez y Tim Kaine y el republicano Bil Hagerty, otorga acceso al mercado de Estados Unidos libre de aranceles para las exportaciones “elegibles”, es unilateral, por lo que los países beneficiarios no otorgan preferencias arancelarias en contrapartida.
Para Aishemberg, se trata de “una oportunidad para que las corrientes actuales de exportación puedan competir en mejores condiciones en ese mercado, diversificar productos y profundizar el relacionamiento comercial”.
Actualmente se benefician de este programa países del Caribe y Centroamérica, al tiempo que recientemente se propuso el ingreso de Ecuador.
El texto de la iniciativa prevé además eliminar el requerimiento de visa para los empresarios y empezar a analizar que se deje de exigir este documento a cualquier ciudadano de Uruguay.
Sobre este punto, Aishemberg indicó que “otorga facilidades para hacer negocios y es un costo menos para los empresarios uruguayos”.
El proyecto fue presentado por los senadores estadounidenses semanas después de un encuentro con Lacalle Pou en la estancia presidencial de Anchorena y tras dar a conocer su contenido, los legisladores señalaron en un comunicado que es “el primer proyecto de ley enfocado exclusivamente en fortalecer la alianza entre Estados Unidos y Uruguay”.
El senador Menéndez sostuvo que Uruguay “es una nación que se destaca como líder mundial por su compromiso con la democracia y el estado de derecho” y agregó que “el creciente sector de tecnología e innovación de Uruguay y los niveles avanzados de crecimiento económico inclusivo lo convierten en un socio obvio para expandir los lazos comerciales y de inversión entre nuestros dos países”.
“Al incluir a Uruguay en los programas de preferencias comerciales existentes y aumentar la elegibilidad de visa para los ciudadanos uruguayos, esta nueva legislación fortalece la competitividad de los Estados Unidos en las Américas y sienta las bases para una nueva era de cooperación económica entre nuestras naciones”, señaló Menéndez.
La presentación de la propuesta de eliminación de aranceles y exoneración de visas, coincidió con un extenso encuentro bilateral que mantuvieron el martes Lacalle y Pou y Biden en la Casa Blanca, en ocasión del viaje del mandatario uruguayo a Nueva York para recibir la Insignia de Oro de parte de la Americas Society.



«Durante la reunión bilateral, Biden elogió a Uruguay como un modelo regional y global de un gobierno democrático», indicó la Casa Blanca en un comunicado posterior al encuentro.
El gobierno de Washington señaló que «el presidente Biden aplaudió a Lacalle Pou por su apoyo a Ucrania, su defensa de las libertades fundamentales en Venezuela y su compromiso para asegurar que la Alianza para la Prosperidad Económica en las Américas acelere la integración regional, la prosperidad económica inclusiva y una mayor oportunidad a través del comercio y la inversión sustentables».
Ambos mandatarios también «exploraron caminos para expandir la relación económica bilateral, aumentar los esfuerzos conjuntos para combatir el cambio climático y fortalecer aún más la cooperación en materia de seguridad», concluyó el comunicado.
Biden expresó además a Lacalle Pou su deseo de visitar Uruguay en el futuro cercano.
En diálogo con El Día, el ex canciller uruguayo, Didier Opertti (1996-2005), dijo que tanto el proyecto de Ley como el encuentro de presidentes “son síntomas de una evaluación que se hace en el mundo exterior sobre la posición de Uruguay”.
Para Opertti, “es un reconocimiento internacional a la política exterior de Uruguay” y apuntó que lograr una reunión de esa duración con Biden “no es demasiado fácil de obtener”.
El ex ministro de Relaciones Exteriores consideró que el embajador uruguayo en Estados Unidos, Andrés Durán, “ha hecho un gran trabajo” y observó que Uruguay “ofrece un clima institucional sólido, con una justicia independiente, y eso para quien viene del exterior es una señal clara de seguridad, que es lo que buscan los inversores”.
Por último apuntó como “muy positiva” la eliminación de aranceles, un aspecto “sobre el que debemos de trabajar, sin llegar a un acuerdo de Libre Comercio, porque tenemos límites que nos impone el Mercosur”, al tiempo que consideró que la exoneración de visas “es muy positiva” aunque en una primera lectura “tiene un sentido discriminatorio”, al estar dirigida a empresarios e inversores, por lo que “sería deseable que se extendiera al resto de los ciudadanos”.