El Banco Central del Uruguay (BCU) bajará las tasas de interés en la próxima reunión de Comité de Política Monetaria (COPOM) el 15 de agosto, luego que la inflación se ubicara en el menor nivel en 18 años y en medio de un contexto de atraso cambiario.
Operadores consultados por El Día dieron por seguro que el BCU reducirá los tipos, aunque mantienen dudas sobre la magnitud del movimiento.
Para Francisco Echegoyen, trader de la firma de corredores de Bolsa Gastón Bengoechea, “las tasas deberían de empezar a bajar”, dado que “ya estamos con niveles bastante bajos de inflación y ya en el rango meta” (entre 3% y 6% anual).
Echegoyen señaló que es probable una reducción de 0,50%, aunque admitió que puede darse incluso una rebaja superior.
Por su parte, el corredor de Bolsa Angel Urraburu hijo, coincidió en que habrá una baja, aunque prefirió no aventurar su magnitud.
El economista Aldo Lema señaló en su cuenta de Twitter que tras la variación negativa del IPC en julio y la moderación inflacionaria adicional, las tasas de mercado incorporaron una baja de 75 puntos básicos de la Tasa de Política Monetaria (TPM) desde 10,75% a 10% anual.
El presidente del BCU, Diego Labat, dijo días pasados que “este dato” de baja de la inflación “va a terminar influyendo, va a terminar marcando en parte” el COPOM, pero “no sé cuál va a ser la decisión”.
Labat precisó que sigue la evolución de la tasa en pesos a 10 años como un buen indicador de las expectativas del mercado respecto a la inflación y la misma, era 11% anual a fin de 2022, mientras que semanas atrás el gobierno colocó deuda a nivel global en pesos a 9,75% anual.
“Eso muestra que el mercado cree en el proceso de menor inflación”, expresó el titular de la autoridad monetaria.
En su reunión del 6 de julio, el COPOM había bajado las tasas desde 11,25% a 10,75%, en un contexto de desaceleración en la suba de precios y en medio de reclamos de analistas económicos y particularmente, del sector exportador, por el atraso cambiario.
El Indice de Precios al Consumo (IPC) retrocedió 0,36% en julio y la inflación anualizada a ese mes se ubicó en 4,79%, el menor nivel desde noviembre de 2005, lo que da margen al BCU para llevar a cabo una política monetaria menos contractiva.
Según los agentes, la caída en las tasas de interés en pesos podría llevar a encontrar un piso en la cotización del dólar y luego a recuperar parte del valor perdido, después de una persistente caída y una depreciación acumulada de 5,4% en lo que va del año, aunque poca incidencia tuvo la última baja de tipos dispuesta por el BCU.
El Indice Big Mac que elabora The Economist, estima que el peso uruguayo está sobrevaluado 22,9% con respecto al dólar y que la divisa estadounidense debería de cotizar a $ 46,42 para estar en su nivel de equilibrio.
La cotización del dólar, como en otras oportunidades, es objeto de análisis por parte de economistas y reclamos desde el sector empresarial, polémica en la que tampoco estuvo ausente el presidente Luis Lacalle Pou, quien indicó que “hemos tomado algún tipo de medida, como la compra por parte de los entes de los dólares y alguna intervención del Ministerio de Economía”.
El atraso cambiario “es el principal problema que enfrenta la industria manufacturera en la actualidad”, señaló a la revista Portfolio el asesor económico de la Cámara de Industrias del Uruguay (CIU), Sebastián Pérez, para quien “estamos en uno de los peores momentos de los últimos años en cuanto al tipo de cambio”.
Por otra parte, el Consejo Directivo de las Cooperativas Agrarias Federadas (CAF) se reunió días pasados con Labat y el vicepresidente del BCU, Washington Ribeiro, encuentro en el que se expresó preocupación por la pérdida de competitividad que genera la libre flotación del dólar.
El ex presidente del BCU, Juan Carlos Protasi, señaló en la última edición de Portfolio que “todos sabemos que el atraso cambiario produce recesión, desempleo, cierre de empresas y caída de inversiones. El futuro está comprometido con el nivel actual del tipo real de cambio, pero la causa no es la política monetaria, sino el alto déficit fiscal”, financiado con colocación de deuda.