Este jueves, Rex Heuermann, un arquitecto de 59 años que vivió casi toda su vida en el condado de Nassau y trabajaba en Manhattan, fue detenido por el asesinato de tres mujeres y como sospechoso del homicidio de una cuarta. Los investigadores llegaron al arquitecto analizando pistas simples como un cinturón encontrado cerca de una de las víctimas hasta otras más complejas como señales de teléfonos móviles desechables.
Heuermann fue acusado por los asesinatos de Amber Lynn Costello, Megan Waterman y Melissa Barthelemy, cuyos restos aparecieron envueltos en tela de camuflaje de caza enterrados a poca distancia uno del otro en la playa Gilgo. Las mujeres, que habían desaparecido entre 2009 y 2010 rondaban los veinte años, eran de complexión delgada y trabajaban como escorts. Además, enterrada en una forma similar fue hallado el cuerpo de Maureen Brainard-Barnes, de 25 años, que había en julio de 2007. Según el fiscal de Suffolk la evidencia del crimen de la cuarta mujer caso «se ajusta al modus operandi del acusado».
Debido a la «la naturaleza grave y atroz de estos asesinatos en serie»los fiscales solicitaron que Heuermann –quien además tienen un historial de posesión de armas de fuego– sea detenido sin derecho a fianza
El arquitecto fue arrestado el jueves por la noche en Manhattan y el viernes por la tarde compareció en un tribunal del condado de Suffolk, donde habló en voz baja solo para identificarse, cuando el fiscal de del caso describió las pruebas de ADN que lo vinculaban al crimen, obtenidas a partir de restos de pizza, botellas y cabellos humanos.