El uruguayo Alberto Spectorowsky fue entrevistado en Jerusalém por los periodistas Jonathan Meta y Jésica Neuah (*) respecto a como quedó el tablero luego del catastrófico 7 de octubre.
Dijo que el nuevo mapa internacional no le sorprende. Si analizamos los cambios que nos tocó vivir, dijo el charrúa –como le dicen en el mundo académico– pasamos de una bipolaridad entre Estados Unidos y la Unión Soviética durante la Guerra Fría a una hegemonía del primero luego de la caída del Muro de Berlín.
Hoy la cosa es distinta, los americanos ha perdido influencia mundial en perjuicio de la República Popular de China. Vienen de dos fracasos, la Guerra en Afganistán que luego de 20 años el mundo se quedó, con muy buen fundamento, con la sensación que la perdió ya que hoy gobiernan al país los enemigos que se pretendía derrotar e Irak donde no parece que se hayan cumplido los objetivos perseguidos cuando la invadió en 2003.
Entonces ¿Quién está ocupando el lugar que le correspondía al segundo mundo? Una nueva coalición integrada por Rusia, China y la República Islámica de Irán que se reparten zonas de influencia. Es que Rusia siempre ha sabido formar coaliciones.
Putin tratando de mantener alejada a la OTAN, por ello la guerra con Ucrania. Los chinos viendo el momento para acabar con la amenaza que representan las elites taiwanesas, que un inoportuno día pueden llegar a remplazarlos y la República Islámica chiita tratando de liderar el mundo musulmán respecto de su rival sunita, Arabia Saudita.
Consultado sobre como afectaría una victoria de Donald Trump en las próximas elecciones americanas, dijo que se haya sorprendido con la torpeza judía a la hora de desear su triunfo. Veamos, Biden es humanista, internacionalista, democrático, Trump es aislacionista. Trump liberaría a Putín, lo dejaría hacer, en su afán de atraerlo a su juego de poder. Trump no es mejor para Israel que Biden. El demócrata es un amigo de Israel y como buen amigo quiere que no haga locuras. El magnate es amoral, no defiende los valores occidentales, le interesa la estabilidad y los juegos de poder.
Respecto a los israelíes, entiende su angustia. Los americanos le piden que ganen la guerra contra Hamás pero con guantes blancos. A Israel no se le permite lo que se le permitió a Estados Unidos en sus aventuras bélicas pasadas. Egipto y Arabia Saudita querrían ver a un Israel triunfador en su guerra contra Hamás, pero mediante una operación indolora. La opinión estadounidense dice, no queremos ver la destrucción de la infraestructura y las vidas civiles en Gaza porque ello alborota al mundo árabe.
Israel tiene otro enemigo, el pos-colonialismo de izquierda. Los sionistas están luchando por su existencia en un mundo que solo le interesa los derechos humanos cuando el victimario es Israel.
Tampoco quiere dejar de lado un hecho inusual, viendo la indiferencia de la izquierda respecto a las atrocidades que está cometiendo Hamás desde el 7 de octubre. Comprueba la existencia de un anticolonialismo que perdona el mal ocasionado por el oprimido. La derecha también es pos colonialista pero deuna manera que rechaza el universalismo y los flujos migratorios. En realidad le exigen a Israel que se comporte como occidental en un barrio que no lo es.
(*) https://www.youtube.com/watch?v=4NJyRu18DfE