Es cierto que solo falta un mes para la realización de las elecciones generales; pero también es cierto que el resultado final de los próximos comicios aún no está definido.
Es importante tener en cuenta que existe un conjunto de factores de diversa índole, que influyen para que esta indefinición aún subsista.
En primer lugar, se debe mencionar al sistema electoral argentino. Para que una fórmula presidencial se imponga debe superar la barrera del balotaje, que tiene un formato muy particular: se considera ganadora a aquella fórmula que haya obtenido más del 45 por ciento; o la que llegue al 40 por ciento, si supera por diez puntos porcentuales a la que quedó en segundo lugar. Como puede verse, el argentino es un sistema electoral más benévolo que el clásico balotaje en el que gana en primera vuelta quien, lisa y llanamente, obtiene la mitad más uno de los votos.
Las posibilidades
En segundo término, los tres candidatos mayoritarios tienen la posibilidad de salir primeros en la primera vuelta, lo que sólo sucedió una vez desde el retorno de la democracia, en el año 2003. Tras el derrumbe del contrato social de la convertibilidad, en esas elecciones tres candidatos luchaban por llegar a una segunda vuelta. Ganó Carlos Menem, pero no le alcanzó: debía enfrentar a Néstor Kirchner en segunda vuelta. No se presentó y Kirchner fue presidente.
Ahora también tres candidatos compiten por un lugar; Javier Milei (la sorpresa de las primarias abiertas, simultaneas y obligatorias, PASO), Sergio Massa (actual ministro de Economía y aspirante a la presidencia) y Patricia Bullrich (la candidata bendecida por Mauricio Macri).
El escenario de esta última fotografía, deja al descubierto una estructura de tercios: Milei está al frente con un 34,2 por ciento, Massa le sigue con el 30,6 por ciento (apenas superado del empate técnico y recortando la ventaja inicial del candidato libertario); y Bullrich, bastante por debajo de los dos primeros con el 24,8 por ciento de las preferencias, pero creciendo en relación a las primeras encuestas realizadas tras las internas de agosto.
La debilidad de JxC, es recuperable?
En este contexto la candidata de Juntos por el Cambio (JxC) tiene un posicionamiento débil: en las primarias su coalición obtuvo el 28 por ciento, la suma del 17 por ciento propio y del 11 por ciento de su contendiente interno, Horacio Rodríguez Larreta. El resultado no fue una sorpresa, aunque se esperaba un mejor rendimiento del jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
La interna de Juntos por el Cambio fue durísima. Un verdadero enfrentamiento a cielo abierto, y por lógica, eso trae consecuencias; tras las PASO, muchos de los votos de Larreta, se fueron a Milei.
No obstante, la existencia de vasos comunicantes entre los votantes de Bullrich, es otra de las claves a tener en cuenta. Como puede verse en los resultados de este trabajo de campo, la migración aún existe, y faltando un mes hay que estar atentos a la recuperación de Bullrich, que está siendo impulsada por parte del empresariado y los principales medios de comunicación.
No hay tres sin cuatro, los que no votaron deciden
Sin embargo, el escenario que manifiestamente parece estar estructurado en tercios, analizado más a fondo, en realidad está partido en cuartos. El último sector es difícil de cuantificar: representa a los ciudadanos que no fueron a las urnas.
Desde las elecciones de medio término de 2021, el índice de participación electoral viene cayendo. Este segmento, posee un anclaje muy particular: son votantes mayoritariamente de extracción peronista, sin incentivos para votar, más bien todo lo contrario: los ganó el enojo y, sobre todo, la desilusión.
El impactante crecimiento electoral de Milei, que lo llevó a obtener casi el 30 por ciento en las PASO, fue producto de la incorporación de una porción de peronistas enojados por la situación económica, la inflación descontrolada, los salarios e ingresos bajos, los trabajos precarios y la percepción de no llegar a fin de mes. Unos electores extremadamente críticos con la actual gestión, a pesar de haberla votado en 2019.
Campaña a medida
La campaña de Sergio Massa ha cambiado de manera rotunda con respecto a la de las PASO: el candidato oficialista ha decidido tirar toda la carne a la parrilla.
Las medidas económicas de alivio que viene tomando de manera sistemática durante las últimas dos semanas, no tienen solamente intención electoralista, sino que apuntan a que se entienda su posicionamiento ideológico, nacional, popular y con un rol muy importante para Estado.
Su objetivo: llegar a los desilusionados y enojados y volver a inyectarles la mística peronista. Motivar a tal segmento es un objetivo que implica crecimiento electoral.
Del otro lado. . .
En la vereda de enfrente dos modelos se enfrentan por un lugar: en términos argentinos, el neoliberalismo clásico impulsado por Patricia Bullrich y el anarco-capitalismo representado por Javier Milei.
A la luz de esta última encuesta, todo parece indicar que el presidente argentino se definirá en una segunda vuelta. Y si bien falta poco, apenas un mes, algo es seguro: pasarán muchas cosas y en muy poco tiempo.