
Finalmente se cierra el ciclo de Elecciones Nacionales en Uruguay con el triunfo de la fórmula Yamandú Orsi – Carolina Cosse, la que se impuso por poco más de 93.000 votos a la de Álvaro Delgado – Valeria Ripoll.
En lo previo no faltó el ninguneo de varios dirigentes, que se limitaban a hacer una suma matemática y así argumentar el triunfo del oficialismo. Fue lo que hicieron varios, entre ellos el último candidato colorado Andrés Ojeda y el presidenciable Álvaro Delgado. La realidad les demostró que en política la matemática no funciona y que ciertos votantes en primera vuelta cambian el voto rumbo al balotaje.
¿Cuál es el perfil de estos votantes o actores de la fuga coalicionista?
Ciudadanos que no se dejan manejar por las cúpulas de los partidos políticos, optando por ideas, propuestas y la opción más representativa de cara a cada elección. Por ejemplo: un ciudadano batllista con sus ideales bien entendidos y llevados a la práctica, optaría siempre por la fórmula más representativa del pueblo.
Seguramente la mayor parte de la fuga fue esa, dándose en batllistas (colorados) que votaron a su lema en octubre y en balotaje optaron por Yamandú Orsi – Carolina Cosse, por encontrar en el otro lado a un presidenciable herrerista y alejado de las bases populares.
Tampoco ayudó, desde la Elección Interna, que resultará vencedor un sujeto de derecho (Andrés Ojeda) que considera a Luis Lacalle Pou como su referente máximo, se define “nativo coalicionista” y desconoce datos importantes de la historia de su partido como los periodos de gobierno de José Batlle y Ordóñez. Pero como si fuera poco, de octubre a noviembre ocupó su tiempo -con alto nivel de soberbia- en desprestigiar a dirigentes batllistas alejados de las cúpula.
Dicho esto, le deseo lo mejor al presidente electo Yamandú Orsi, llamo a que se respete la decisión del pueblo y convoco a los colorados del país a una fuerte autocrítica interna para retomar el camino correcto en clave partidaria, y recuperar así una identidad batllista que fue bastardeada y pretende ser olvidada.
Los acuerdos entre riveristas y herreristas solo nos convertirán a los colorados como furgón de cola del Partido Nacional. El Batllismo, en cambio, hará alcanzar nuevamente la gloria y ser protagonistas. Retomemos el buen camino.
¡Viva siempre Batlle y sus ideas!


